Los que me visitan

miércoles, 24 de enero de 2024

Lisboa

Fueron dieciséis horas de vuelo desde Santiago de Chile. Ni yo entiendo la alegría que me produce estar aquí no obstante que he conocido tantos lugares en el mundo. Es la segunda vez que visito la capital de Portugal y me surge una pregunta: ¿Por qué me gusta Lisboa?, ¿ qué tiene de especial esta ciudad que cautiva ? Es una de las capitales más pequeñas de Europa. Portugal es un país de reducidas dimensiones. Sin embargo, Lisboa produce algo en el visitante que queda prendido de ella y solo añora volver una vez que la deja. Intento racionalizar tantas emociones y concluyo que Lisboa acoge y deslumbra por la multiplicidad de sus colores. Sus edificios, castillos y construcciones medievales son únicas y asombran por su arquitectura. Lisboa es de esas ciudades que invitan a caminar sin rumbo no importando que nos perdamos en sus calles empinadas para contemplar sus pisos adoquinados, subir a un viejo tranvía o recorrer sus plazas monumentales. En mis primeras horas, quise caminar despacio y contemplar las maravillas que ofrece Lisboa. Me alojé en un hotel cercano al monumento en homenaje al  Márquez de Pombal y allí partió mi recorrido. Sebastião José de Carvalho e Mello, o más conocido como Márquez de Pombal, fue el estadista portugués del siglo XVIII que reconstruyó la ciudad luego del terremoto de 1755. Se trató de un violento sismo y maremoto que destruyó Lisboa y marcó para siempre la vida de sus habitantes. En honor a él se erigió este monumento que parece vigilar desde las alturas los barrios de la Baixa y Chiado, reconstruidos por Pombal. En esta rotonda se congregan los lisboetas a celebrar triunfos deportivos y acontecimientos masivos de toda índole. Es una imponente escultura que se eleva sobre una columna a 34 metros de altura. A este polémico personaje se le considera padre de la sismología moderna. Esta rotonda es el inicio de la Avenida de la Libertad y podemos caminar por ella hasta la plaza de Comercio en pocos minutos. Es una avenida al más puro estilo de los Parques Elíseos de París y lo que hoy vemos se construyó fines del s XIX. Una calle arbolada de 90 metros de anchura y pavimentos decorados con dibujos abstractos. Aún conserva cierta elegancia, en ella hay fuentes y parques bajo los árboles. En la acera derecha se encuentran prestigiosas tiendas de lujo; tanto firmas internacionales de ropa, como por ejemplo Armani, Dolce  & Gabbana y más. Del mismo modo encontramos joyerías y firmas portuguesas. Hacia la mitad de la Avenida, a la izquierda, se encuentra el «Monumento a los Muertos de la Gran Guerra». La Avenida de la Libertad desemboca en la Plaza de Los Restauradores, cuya característica es un obelisco situado en el centro de la misma. Dicho obelisco es el "Monumento a Los Restauradores", un conjunto escultórico conmemorativo de la independencia definitiva de Portugal. En efecto, el país luso, tras una crisis de sucesión, fue gobernado desde 1580 y hasta 1640  por la dinastía de los Austria, dinastía que también reinaba en España en esa misma época. A pocos metros hay otra plaza, la Plaza Rossio, en la actualidad conocida también como de don Pedro IV.  A su alrededor abundan hoteles, restaurantes y bares en los que pasar un buen rato. Asimismo, en la Plaza Rossio hay varios monumentos y puntos interesantes que conocer: La Estatua de Don Pedro IV de Portugal y I de Brasil se encuentra en el centro sobre la cúspide de una columna al estilo del monumento a Nelson en Londres. Al lado norte encontramos el Teatro Nacional Doña María II. Un majestuoso edificio de estilo neoclásico en el que se desarrollan actividades culturales en Lisboa. Por último, al lado izquierdo está La Estación Ferroviaria de Rossio. Fue construida en el s. XIX y es, sin duda, el edificio que más llama la atención en la Plaza. Desde ella salen los trenes que van a Sintra. Y sigo caminando. Dejo la Plaza Rossio y tomo la Rua Aurea hacia el Río Tajo. A una cuadra, a la derecha, me topo con uno de los monumentos más hermosos de Lisboa. Me refiero al Ascensor de Santa Justa.  Con sus 45 metros de altura, conecta la Baixa con el barrio de Chiado y es una atracción obligada de Lisboa. Se terminó de construir en 1902 y su diseño es obra del ingeniero Mesnier de Ponsard. De estilo neogótico, posee una estructura de hierro inspirada en otras construcciones francesas de grandes dimensiones, como la Torre Eiffel. En un inicio, el ascensor constituía un elemento fundamental en la red de transporte público, pero hoy es un símbolo turístico de la ciudad. Continúo mi recorrido dos cuadras al Oriente para ver la Rua Augusta que corre en paralelo. Volvemos a enfilar hacia el sur y ya divisamos la Plaza de Comercio. La Rua Augusta es la vía principal del barrio La Baixa y une la Plaza Rossio, a través del Arco Triunfal, con la Plaza de Comercio. Se trata de un paseo peatonal lleno de restaurantes y tiendas que lo convierten en lugar neurálgico de Lisboa. Seguimos por ella hacia el sur, pasamos el arco y llegamos a la Plaza de Comercio. Este es el mismo centro de la ciudad. El Palacio Real se asentó por más de doscientos años en el terreno de esta plaza, sin embargo, fue destruido por el sismo de 1755. El Marqués de Pombal ordena su reconstrucción en forma de “U”, con tres edificios de gran tamaño a su alrededor que albergan organismos gubernamentales. En medio de la Plaza está la estatua ecuestre de José I, monarca que se encontraba en el trono cuando ocurrió el terremoto. Es tradición lisboeta reunirse en ella cada 31 de diciembre para recibir el Año Nuevo. No han sido más de 40 minutos a pie desde la Plaza Marqués de Pombal. Aún resta mucha mañana y decidí tomar uno de los autobuses turísticos color rojo. Me dirijo al barrio de Belem donde hay al menos tres monumentos imperdibles de Lisboa. El primero de ellos es la Torre de Belem, quizás el edificio más emblemático de Lisboa. Se trata de una antigua construcción militar de estilo manuelino, una escuela arquitectónica portuguesa que combina ornamentación europea y morisca, que tuvo su auge durante el reinado de Manuel I de Portugal. La Torre fue declarada en 1983 como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sirvió en un inicio como torre defensiva para proteger Lisboa y con posterioridad su misión se relegó a la de faro de la ciudad y centro aduanero. Fue construida entre 1515 y 1519 y es obra de Francisco de Arruda. La torre cuenta con cinco pisos y termina en una terraza. Todas las plantas se comunican por una pequeña escalera de caracol. Ahora caminamos unas cuadras hacia el Oriente por la ribera del Tajo y encontramos el Monumento a los Descubrimientos que celebra a los exploradores portugueses de los ss. XV y XVI y a los visionarios que hicieron de Portugal la primera potencia marítima de la época. El monumento actual data de 1960 y tiene 52 metros de altura. El propósito fue conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante. El Monumento a los Descubrimientos contiene un grupo escultórico con forma de carabela en cuya proa el Infante don Henrique abre camino a numerosos personajes que tuvieron que ver con los grandes descubrimientos que hizo Portugal. Complementa el monumento en su lado norte una Rosa de los Vientos de 50 metros de diámetro dibujada en el suelo.  Dicha rosa de los vientos fue un regalo del gobierno sudafricano en 1960. Finalmente, visitamos el Monasterio de los Jerónimos: El Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém es un monasterio de la Orden de San Jerónimo. Está en el barrio de Belém, al costado norte del Monumento a los Descubrimientos. El edificio fue concebido en estilo manuelino por el arquitecto Juan de Castillo y encargado por el rey Manuel I de Portugal para conmemorar el afortunado regreso de la India de Vasco de Gama. Su construcción se inició en enero de 1501 y concluyó a finales del siglo XVI. En el interior de su iglesia se encuentran los restos de Vasco de Gama y del que es considerado el más importante poeta de lengua portuguesa Luís de Camoes. Ha transcurrido la mañana, hay hambre y es hora de almorzar, quizás un bacalao o un excelente surtido de mariscos, comida típica de Portugal. Aún hay otros lugares que visitar, como el Castillo de Sao Jorge y el barrio Alfama. Además, por la noche, asistiré a un espectáculo de fado y música portuguesa. Sin embargo, ahora me despido esperando que hayan disfrutado mucho de Lisboa y, por sobre todo, aprendido un poco más de una de las ciudades más hermosas que conozco. Saludos. 

jueves, 27 de julio de 2023

Corrupción

Hace tiempo escribo sobre el tema en varios posts aunque en el fondo se trata de una misma idea. Escribí sobre los falsos líderes: una nueva casta que ejerce puestos de enorme responsabilidad. Individuos surgidos tanto en el ámbito político cómo en el empresarial y en países poderosos como en aquellos que no lo son tanto. Se trata de personas jóvenes que han llegado a las altas esferas del poder sin la sabiduría ni la experiencia necesaria para ejercer dichos cargos con propiedad. Toman sus decisiones con soberbia y las imponen por la fuerza no obstante que las disfracen con aire democrático. Creen que la verdad les pertenece y, para lograr sus fines, no trepidan pasar por sobre culturas milenarias que desprecian por tener un desarrollo tecnológico y militar menor. También me referí al relativismo y a la falta de ideales que impera en la sociedad contemporánea. No es raro que, en una reunión social y a la hora de tocar un tema que requiera algún tipo de ejercicio intelectual, seas tildado de bicho raro o aburrido. Hablé sobre una masa caracterizada por un incremento constante en su renta per cápita y por vivir en un mundo dónde triunfa la democracia liberal. Un niño mimado y satisfecho al que no le interesa conocer sus orígenes e historia y, por lo tanto, ignora los valores que han hecho de nuestra sociedad lo que es. Se cree con el derecho a pasar por sobre todo y todos con tal de lograr un “éxito” a corto plazo que en el fondo no lo es y lleva a la humanidad a su perdición en un futuro no muy lejano. Este es el verdadero origen de la corrupción generalizada que vemos en todos los ámbitos y países. Se trata de un problema cultural que se profundiza pues se pierde la perspectiva de lo que es nuestra cultura. Esta no nace de la noche a la mañana y sus cimientos son delicados. Los verdaderos líderes están para recordarnos lo anterior y es a ellos a quienes debemos escuchar. Desgraciadamente, una parte importante de nosotros se niega a hacerlo y se aferra, con porfía, a una visión individualista y egoísta. Ven a nuestro mundo cómo algo regalado y piensan que pueden disponer de él a su antojo. No hay conciencia del esfuerzo que ha significado llevar al ser humano a su actual estado de desarrollo. Nos enfrentamos a un nuevo tipo de clase privilegiada, los dueños de las mega-empresas y de los grandes capitales que actúan por sobre la ley y explotan a un nuevo proletariado, un ciudadano común que recién toma razón de que no es libre cómo intentan hacerle creer y que no puede dejarse aplastar por esta realidad. Comienza a rebelarse con timidez. Sin embargo, los procesos sociales son largos y complejos. Vale la pena observar con detención lo que nos depara el futuro. Saludos. 

sábado, 15 de julio de 2023

¿Español o Castellano?...segunda parte.

Se trata del tercer vídeo que hago acerca de la verdadera denominación que, según mi opinión, debiéramos darle a nuestro idioma. Ha transcurrido un tiempo desde el segundo y quise retomar el tema indagando más sobre la historia del "castellano". Esta vez leí un libro, no solo buscando datos, consideraciones y argumentos que sirvan para fundamentar mi tesis de que hablamos "castellano" y no "español". Demás está decir que es un tema debatible y, por lo tanto, también busqué entender los sustentos históricos en que se apoyan los que afirman que hablamos "español". Durante la lectura, logré comprender un poco más este punto de vista y confieso que algunas de sus premisas me parecen razonables. Pero, aun así, y con más estudio sobre el tema, sigo sosteniendo que hablamos "castellano". Por otro lado, en mis redes sociales, he recibido el respaldo de profesionales en el tema, especialmente de profesores de lengua y literatura a los que estoy muy agradecido. ¿Quieres entender más acerca del tema, quieres saber si hablamos "castellano" o "español"? Si te resulta interesante aprender y formarte una opinión sobre esta discusión, ven y acompáñame hasta el final del vídeo. Además, si te gusta el contenido del canal, suscríbete, dale al botón "like" en los distintos vídeos, comparte y comenta si lo estimas conveniente. 

    Las diversas culturas europeas, y en consecuencia sus lenguas, están influenciadas, en su mayoría, por un tronco común: Las lenguas indoeuropeas. Para nosotros hablar de estas lenguas es como hablar de la lejana edad de piedra; sin embargo, tengamos presente que estas lenguas son el tronco común de al menos ciento cincuenta idiomas hablados por más de tres mil doscientos millones de personas al día de hoy y equivalentes al cuarenta y cinco por ciento de la población mundial. En Europa, a su vez, la familia indoeuropea se subdividió en cuatro variantes: la itálica, la celta, la germánica y la eslava. En la variante itálica encontramos al latín, el idioma predominante de un Imperio Romano expandido en la cuenca del Mediterráneo y especialmente en occidente, dado que en oriente la élite cultural e intelectual se entendía en griego. Una vez caído el Imperio surgieron una serie de lenguas muy relacionadas entre sí y que tienen su origen en el latín: Las lenguas romances. En la actualidad encontramos al castellano, portugués, italiano, francés y rumano. Además, al catalán, pero esta no es una lengua oficial excepto en la región de Cataluña (la que no constituye un país) y en la pequeña Andorra. Existen más, pero caen en la categoría de dialectos regionales y muchas están en peligro de desaparecer. En consecuencia, podemos inferir que el castellano es una lengua de origen indoeuropeo y que pertenece a la familia de las lenguas romances, es decir, aquellas que evolucionaron del latín. Pero ahora: ¿Cómo surgió el castellano y por qué debiéramos denominarlo así y no español? A partir del s. V algunos pueblos bárbaros irrumpieron en la península ibérica después de la crisis y la desaparición del Imperio Romano. Entre ellos están los visigodos, que crearon un reino independiente hasta la invasión musulmana del 711. En la península, la lengua no era un factor distintivo, por lo que tanto visigodos como hispanorromanos (los que habitaban el territorio antes de su llegada) hablaban una misma lengua: el latín vulgar. No obstante, la lengua gótica original y otros aspectos de su cultura tuvieron algún impacto en el castellano actual, sobre todo en aquellas palabras que dicen relación con la guerra y el mundo militar. En el s. VIII se produjo la decadencia de estos reinos y la invasión musulmana que conquista casi toda la península luego de la batalla de Guadalete en el 711. Sin embargo, algunos territorios al norte, como es sabido, resistieron a la conquista árabe y como consecuencia de la victoria en la batalla de Covadonga en el 722 formaron el primer reino cristiano en Asturias. El reino de Asturias o reino de los Astures fue la primera entidad política cristiana establecida en la península ibérica por los que resistieron a los árabes. En sus primeras décadas, su extensión se limitó a una franja de la costa cantábrica y sus comarcas adyacentes. Con posterioridad, los reyes asturianos iniciaron una vigorosa expansión que a principios del siglo. X alcanzó el río Duero. En este reino surgió un dialecto romance: el asturleonés, que va a ser el antecedente del castellano. Después, el reino se dividió en varios condados dependientes y uno de ellos fue el condado de Castilla fundado en el s. IX.  La primera mención de Castilla aparece en un documento del año 800: "Hemos levantado una iglesia en honor a San Martín, en Área Patriniano, en el territorio de Castilla". En la Crónica de Alfonso III (rey de Asturias, siglo ix) se dice: "Las Vardulias ahora son llamadas Castilla". Castilla se transforma en reino independiente en el s. X. Como lo mencioné antes, en el reino asturleonés surge un dialecto romance que sirvió de base al castellano. El latín no evolucionó de igual manera en todas las zonas y se fueron originando una serie de dialectos diferentes. Efectivamente, los primeros habitantes de Castilla eran escasos. Estaban repartidos en valles y montañas dedicados a la agricultura y al pastoreo. Se deduce que esta población vivía de forma aislada y desarrollaron su propia forma de hablar. El castellano, necesariamente, tuvo que formarse como lengua popular de campesinos y pastores con influencias árabes y vascas, pues estos territorios delimitaban con Castilla. La denominación de esta lengua como "castellano" surge recién en el s. XIII en la corte de Alfonso X "el Sabio". Ahora: ¿Por qué Castilla se transforma en el reino más importante de la España medieval y, por ende, el castellano en idioma dominante? El Camino de Santiago es un conjunto de rutas de peregrinación que en la Edad Media se dirigían a la tumba del apóstol Santiago, situada en la catedral de Santiago de Compostela​. Partiendo de los Pirineos occidentales, recorre España hasta llegar a la ciudad gallega.​ Se trata de un camino sembrado de manifestaciones de fervor, de arrepentimiento, de hospitalidad, de arte y de cultura. En la mitad de este trayecto se ubica la ciudad de Burgos que adquiere gran importancia comercial y cultural. Lo anterior, hizo que en el s. XI fuera erigida capital de una Castilla ya unificada con León, Asturias y Galicia. Por otro lado desde Castilla se dirigen los esfuerzos por recuperar los territorios perdidos a manos de los musulmanes. En otras palabras, Castilla se convierte en un centro militar, comercial y cultural. Asimismo, lo anterior condujo a que el dialecto castellano prevaleciera por sobre las otras lenguas romances de la península. En esta época tal vez encontremos el primer argumento de peso para aquellos que sostienen que hablamos "español". Efectivamente, aparece la palabra "español", pero no para referirse a nuestra lengua. Se trató de un gentilicio de origen francés que se utilizó para denominar a los habitantes de "Las Españas", en plural. Para los franceses, "Las Españas", eran el conjunto de reinos que existían en la región occidental, atravesando los Pirineos. Como pueden observar, el origen de este gentilicio, que comprende una región compuesta de varios reinos y lenguas, no es ni castellana ni española. Es francesa. Es interesante, en la actualidad, el caso del gobierno de Turquía que ha exigido que a su país se le denomine en todo el mundo como se hace en el idioma original turco. En el caso de mi país, Chile, a la Isla de Pascua, por ejemplo, ya no se le denomina así, sino que Rapa Nui según el idioma nativo. Del mismo modo, los habitantes prehispánicos, que fueron llamados araucanos por los conquistadores, no aceptan que se les llame así y exigen que se refieran a ellos como "mapuches". Tal vez a los hispanoparlantes les hace falta un poco más de fuerza en esta materia. Me imagino, habrán notado que todo lo dicho se refiere al reino de Castilla y no a la España surgida luego de la unión de las coronas de Castilla y Aragón a través del matrimonio de los Reyes Católicos en 1469. Dos o tres siglos después de que el castellano se consolidara como principal lengua de la península ibérica. Pues bien, y aquí viene un argumento de los que sostienen que hablamos "español": El español de hoy es muy distinto al castellano antiguo. Pero ante esta afirmación yo me pregunto: ¿es acaso el inglés del s. XI o XII; el que hablaba o en el que escribía Shakespeare, igual al inglés de hoy?... yo creo que la respuesta es obvia: Un rotundo no. En esta misma línea se sugiere que el castellano antiguo no es un idioma, sino un dialecto. Por lo que señala la Real Academia Española de la Lengua sobre esta polémica, este argumento cobra mayor peso: "Aun siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco."  Ya rebatí este argumento en mi vídeo anterior. Me parece curioso que la RAE califique al castellano medieval como dialecto. En primer lugar y de acuerdo con lo que hemos hecho  en el primer vídeo, definiremos lo que es un dialecto: "Se dice que un idioma es un sistema lingüístico o de comunicación organizado y usado por una comunidad con implicaciones políticas, administrativas y geográficas. Un dialecto, en cambio, es una variante, modificación o modalidad de la lengua que se habla en una región determinada". Si bien, el "castellano" fue en sus inicios un dialecto derivado del latín, está claro que con el tiempo se ganó, y con creces, el status de idioma. Es evidente que un idioma, a diferencia de un dialecto, no solo debe ser hablado sino que también escrito. Las primeras manifestaciones de un castellano escrito las hallamos en las "Glosas Emilianenses" a finales del s. X. En el poema del Mio Cid y en Gonzalo de Berceo, en los ss. XI y XII respectivamente, encontramos obras  literarias propiamente tales y con todo lo que implica una producción literaria culta. Luego, el concepto de idioma tiene también implicancias políticas, puesto que, en general, es lengua oficial de algún Estado con las repercusiones burocráticas y educacionales que esto conlleva. Desde este punto de vista, el idioma castellano se ganó dicho status con Alfonso X el Sabio y su Escuela de Traductores de Toledo. En efecto, fue Alfonso X (rey de Castilla entre 1252 y 1284) quién dirigió la elaboración de numerosas  obras de elevada cultura y decidió redactarlas en castellano, además de traducir al mismo, clásicos del latín, árabe y griego. Esto dio lugar al reconocimiento oficial de la lengua castellana, la que podía ya alternar con el latín, un idioma respetado por las personas ilustradas. Por último, un idioma debe ser un sistema organizado de comunicación y es aquí que debemos, obligadamente, hacer referencia a la monumental obra de Antonio de Nebrija que en 1492 publicó la primera "Gramática castellana". Es el año en que se descubre América y en el que, recién, son totalmente expulsados los árabes de Europa. Solo en aquella época comienza a hacerse realidad lo que hoy entendemos por España; sin embargo, ya se había elaborado un tratado académico sobre la gramática de nuestra lengua. Contradictorio, por decirlo de alguna forma. No cabe duda de que el "castellano", es un idioma con todas sus letras.  En los siglos posteriores ya hablamos de España, y no solo de España a secas. Nos referimos a la primera potencia mundial y al Imperio donde "no se pone el sol". Son los siglos en que se consolidan las naciones europeas y, por lo tanto, sus idiomas nacionales cobran relevancia en detrimento del latín que hasta los ss. XV y XVI era la lengua común y culta de Europa. Es obvio que siendo España la primera potencia mundial, su lengua deba ser estudiada y comprendida por habitantes de otras latitudes, al menos en el ámbito comercial y diplomático. Sin embargo, aquí se nos presenta un problema: El castellano, pasa de ser la lengua de Castilla a transformarse en el idioma oficial de todo el Estado español. La burocracia estatal, la educación y el comercio funcionan en un castellano que debe ser hablado por todos los españoles. Hay un respaldo político a la lengua castellana, puesto que es reconocida como idioma oficial en toda una España unificada. Es en este punto que al castellano empieza a denominársele "español". Ayuda, además, que las demás potencias europeas, conocen a este idioma ya como procedente de España y no de Castilla. Por lo tanto, al castellano, se le va a conocer y llamar, también internacionalmente, como "español". Notarán que no es que haya nacido un nuevo idioma. Es, simplemente, que al castellano se le cambió de nombre para darle un sentido de pertenencia a una misma nación, a todas sus comunidades. Se intenta cobijar bajo un mismo alero a castellanos, vascos, gallegos, andaluces y catalanes. Es fácil deducir que la polémica de si hablamos "castellano" o "español" tiene un origen político y no lingüístico.  En los ss XIX y XX se produce lo que expliqué en mi video anterior: Una fuerte influencia anglosajona derivada, sobre todo, de la migración latina a EE.UU, para llamar a nuestro idioma "español" y no "castellano". Influencia a la que, según mi parecer, cedió no solo la RAE, sino que nosotros como cultura. Aun así, todavía quedamos los que defendemos al "castellano", los que estudiamos "lengua castellana" en la escuela, los que en conversaciones, ya sean formales o informales, llamamos a nuestro idioma "castellano". Ahora, hay que reconocer, eso sí, que este fenómeno, es más frecuente en el sur del continente americano, pues allí, en las guerras de independencia, se intentó desvincular nuestra lengua de la que era entonces el enemigo: España. También puede ser que tanto en México, como en Centroamérica y el Caribe, la presencia estadounidense sea más fuerte. Ahora ustedes se preguntarán: ¿Qué importancia tiene si hablamos "castellano" o "español"? Desde un punto de vista pragmático ninguno, pero a mí me gusta más la palabra "castellano" porque me suena nostálgico, la considere, tal vez, más elegante o sea nada más que un llamado a comprender y defender nuestras raíces... en fin, quizás, tampoco este de más hacer este ejercicio crítico y entender que el "castellano" no es el "español" que se habla en España. Saludos.

lunes, 8 de mayo de 2023

La Guerra de Ucrania

Era una mañana cualquiera, la de aquel 24 de febrero del 2022. Prendo la TV apenas despierto al igual que todos los días. Sin embargo; me doy cuenta de que la actividad era inusual en noticiarios y matinales: un analista internacional anunciaba con rostro compungido que el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, iniciaba una "Operación Militar Especial" en la región del Donbás y lanzaba una invasión a gran escala en toda Ucrania. Enseguida la pantalla se llenó con imágenes de blindados alineados y avanzando por carreteras desconocidas. Estuvimos todos pendientes de los noticiarios ese día y la semana entera, aún incrédulos de lo que sucedía.  De esa mañana han transcurrido catorce meses y parece lejano el cese de hostilidades en la guerra más importante en Europa desde que Hitler invadió Polonia dando principio a la Segunda Guerra Mundial. Pocos imaginamos un conflicto prolongado teniendo en cuenta la diferencia de poder militar que existe entre ambas naciones. Tampoco anticipamos la tenaz resistencia ucraniana ante un enemigo tan poderoso. El carisma y el liderazgo del hasta entonces poco conocido Volodímir Zelenski. La firmeza con que han reaccionado las potencias occidentales ante la agresión rusa también ha sido sorprendente. ¿Te gustaría conocer mi análisis del conflicto? ¿Cuáles son, a mi parecer, las causales de la defensa sin cuartel que han hecho los ucranianos de su país? ¿Por qué, a mi modo de ver, el gobierno de Putin es una dictadura feroz?... Si te interesa comprender con algo más de profundidad las causas, desarrollo y consecuencias de este enfrentamiento ven y acompáñame hasta el final de este vídeo. Además, si te gusta el contenido del canal, suscríbete, dale al botón "like" y comenta el vídeo para que este se difunda a través de Redes Sociales.

       La historia de Rusia y Ucrania se remonta al s. IX dc, cuando Kiev era el centro del primer Estado eslavo creado por un grupo de escandinavos que se hacían llamar a sí mismos como Rus. La Rus de Kiev fue el origen tanto de Ucrania como de Rusia y su territorio llegó a extenderse desde el Báltico hasta el Mar Negro. Fue recién en el s. XII que Moscú se estableció en la que era una extensa frontera. La Rus de Kiev se disolvió en años posteriores a causa de las invasiones mongolas. Es una historia entrelazada que parece darle la razón a Putin, quien recientemente declaró: "los rusos y los ucranianos son un solo pueblo, un todo único". Pero a pesar de ese origen común, la identidad ucraniana se formó con independencia de la rusa, pues sus destinos fueron dictados por distintas potencias que se repartieron el país. En efecto, en los siglos posteriores el territorio ucraniano fue controlado por rusos, polacos y austro-húngaros. Además, con la llegada del s. XX vino la revolución rusa y Ucrania fue absorbida por la Unión Soviética. La historia que acabamos de relatar hace que los lazos con Moscú sean fuertes en el oriente y su población hable ruso con creencias ortodoxas. Al occidente, en cambio, los siglos bajo el dominio de Polonia y el Imperio austrohúngaro hacen que sus habitantes sean católicos y hablen ucraniano. La cultura ucraniana se desarrolló de manera paralela y de forma diferente en las zonas ocupadas por el Imperio ruso y el Reino polaco, más tarde imperio austriaco Es más, el Moscú soviético nunca dominó culturalmente a Ucrania. Las decisiones económicas, políticas y militares se impusieron desde el centro, pero Ucrania tenía cierta autonomía en cultura y educaciónSi bien el ruso era el idioma dominante, los niños de la escuela primaria aprendían ucraniano, se publicaban muchos libros en ese idioma y, en la segunda mitad del siglo XX, creció un fuerte movimiento nacionalista ucraniano en la Unión Soviética. Tras setenta años de intentos de rusificación, Ucrania vuelve a nacer como república independiente el 24 de agosto de 1991. Asimismo, es importante señalar que en Ucrania se libraron importantes batallas entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, en la que murieron más de seis millones de ucranianos, en su gran mayoría civiles. La invasión rusa es el resultado de una larga lista de causales complejas y profundas. Desgraciadamente, debido a la naturaleza del vídeo, nos vemos obligados a explicarlas someramente: 1.- Crimea: Esta península ha sido escenario de conflictos durante siglos. Formó parte de la Ucrania soviética desde 1954. Sin embargo; en 1991 fue declarada región autónoma de la Unión Soviética y una vez esta disuelta se convirtió en la República de Crimea. El gobierno de Ucrania aceptó el nombre, pero no sus pretensiones de ser un estado independiente. Se consideró parte autónoma de Ucrania y decide algunos asuntos internos que le son delegados por la Constitución y las leyes ucranianas. Fue declarada parte integrante e inseparable de Ucrania. Pero hay dos problemas: uno es Sebastopol y la flota rusa del Mar Negro. La disolución de la Unión Soviética condujo a la firma de diversos acuerdos para permitir la presencia de fuerzas militares rusas en Crimea y el mantenimiento de las bases de la Flota del Mar Negro. El otro es que sus habitantes son, en su mayoría, prorrusos. Un referéndum en 2014 determinó que sus habitantes querían la anexión a Rusia. Tropas rusas tomaron el control de la península, pero Ucrania no lo reconoce. 2.- Dombás: El problema de la región del Dombás es, en esencia, el mismo que en Crimea. Una mayoría prorrusa que quiere la incorporación a Rusia y 3.- Ingreso de Ucrania a la OTAN: El Presidente Putin considera a ucranianos y rusos "un solo pueblo" y ha señalado que el borde occidental de la actual Ucrania fue incorporado a la Unión Soviética por Joseph Stalin. Al principio de su presidencia, Putin, antiguo coronel de la KGB, dijo a su nación: “La desaparición de la Unión Soviética fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo”. Ucrania fue la república soviética que lamentó especialmente perder. Putin teme que Ucrania se convierta en miembro de la OTAN, como ya lo han hecho otras repúblicas que formaban parte del imperio soviético, así como países independientes aliados de Moscú durante la Guerra Fría como Polonia, Hungría, Bulgaria y otros. El líder ruso también ha dicho que su país está rodeado de naciones que pueden desplegar en su territorio armas nucleares, ya que son integrantes de la alianza atlántica. Desde un punto de vista ruso: ¿Cómo se justifica esta guerra? Para comprender la guerra es necesario considerar qué es Rusia para los propios rusos y dónde queda Ucrania en ese concepto. Para sus elites intelectuales, Rusia y Ucrania son un mismo pueblo. La identidad ucraniana diferenciada no es más que el resultado de una conspiración urdida por potencias extranjeras interesadas en debilitar a Rusia. Dicho pensamiento se da tanto en la época zaristas como en la soviética. Lo anterior explica por qué Putin se embarcó en una aventura que no le otorga ventajas a ojos de Occidente. Las explicaciones de esta invasión van mucho más allá de lo económico y tocan la fibra más profunda del alma rusa: Rusia siempre fue un imperio y sus vasallos nunca estuvieron ni geográfica ni políticamente separados del núcleo imperial. ¿Cuáles son los límites de la nación rusa? Es una pregunta difícil tanto para rusos como para los pueblos sometidos a su influencia y dentro de este esquema Ucrania es una pieza fundamental. Sin ella, Rusia no se habría convertido en una potencia extendida por Europa y Asia. Rusia niega el derecho de sobrevivir a Ucrania y la considera parte integral de ella misma. Siempre se reprimieron las manifestaciones culturales ucranianas y se intentó rusificar a toda costa. Según ellos, el nacionalismo ucraniano fue un fenómeno limitado a unos pocos intelectuales. La aparición de un mundo ucraniano con reivindicaciones y destino propio fue un verdadero shock para los rusos. La ruptura de Ucrania fue vista por las clases dominantes con horror, pues su mundo se desmoronaba. Todo lo anterior nos lleva a la conclusión de que la causa más profunda de esta guerra está en el nacionalismo ruso. Pero el conflicto también se da en un contexto determinado que hay que analizar. En Rusia nunca ha existido democracia. El zarismo fue el sistema político que predominó desde el s. XVI hasta principios del s. XX y se caracterizó por ser parecido al absolutismo, es decir, el gobierno ruso no otorgaba las condiciones mínimas para el desarrollo de industrias o comercio. Los zares se proclamaban "autócratas" y dueños de todo el poder político y económico. El gobierno zarista tenía una economía semejante al feudalismo, centrado más en la agricultura y en las clases campesinas. Posteriormente, vino el totalitarismo soviético que colapsó en 1991 por causas económicas. Comenzaba así un intento de transitar en Rusia hacia el mundo occidental. Una primera transición hacia el capitalismo que culminaría en una democracia homologable a las occidentales. La prueba de fuego vino en 1993, cuando Boris Yeltsin ordenó bombardear la Casa Blanca moscovita. Sede del primer Parlamento ruso donde se atrincheraron los nostálgicos del comunismo y los preocupados por la deriva de la Unión Soviética. La derrota de estos últimos marcó la esencia de esta transición. A Yeltsin lo sucedió Vladímir Putin en 1999 quien, durante todos sus años en el poder, ha tratado de reconstruir el espacio de influencia soviético y considera que la caída de la URSS es la mayor tragedia geopolítica ocurrida en el siglo XX. Funcionario de la KGB y nacionalista convencido. Defensor a ultranza del poder estatal ruso y de lo que la élite heredada del régimen soviético considera intereses nacionales dentro y fuera de las fronteras rusas. Se cree que bajo su gobierno Rusia ha sufrido un retroceso democrático y un giro hacia el totalitarismo.​ Asimismo, afirman que su gobierno se ha visto empañado por la corrupción endémica, el encarcelamiento y represión de los opositores, la intimidación y represión de medios independientes y la falta de elecciones libres y justas. Insisto en que Rusia nunca ha sido una democracia. Mientras tanto, ¿qué pasó en Ucrania? El 21 de enero de 1990, más de 300.000 personas formaron una cadena humana por la independencia de Ucrania que iba de Kiev a Lviv. En marzo fue que el Partido Comunista perdió protagonismo y surgió el pluralismo político. El 1 de diciembre de 1991 se llevó a cabo un referéndum y el 90% de la población votó a favor de la independencia, del mismo modo que Leonid Kravchuk se convierte en el primer presidente de Ucrania. Por supuesto que hubo crisis económica por la transición del comunismo al capitalismo, pero desde el 2000 que el país ha experimentado un desarrollo estable con un crecimiento promedio anual del 7%. Sin embargo; la política interna ucraniana se ha debatido desde entonces entre un mayor acercamiento a Rusia o a la Unión Europea. En el 2014 se produjeron una serie de protestas y revueltas que culminaron con el fin del gobierno prorruso de Víktor Yanukovich. Una parte significativa de los ucranianos consideraba que la prioridad debía ser la integración con la UE y la otra se mostraba partidaria de una unión aduanera con Rusia. El mayor apoyo hacia la integración con la UE se encontraba en Kiev y en el oeste de Ucrania; el apoyo se reducía en el centro, en el sur, en Crimea y en el este. Regiones compuestas en su mayoría por rusos étnicos y ucranianos ruso parlantes. Crimea declara su independencia el mismo 2014 y lo anterior significó la anexión de la península a Rusia que no es reconocida por el gobierno ucraniano. El mismo fenómeno se dio en el Dombás, donde las fuerzas independentistas se autoproclamaron como las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Numerosos ciudadanos rusos ocuparon altos puestos entre los rebeldes y varios países consideraron que Rusia brindó apoyo militar a los separatistas. Las reacciones internacionales fueron condenatorias a la decisión de Rusia de intervenir, así como la de apoyar la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Tras la anexión de Crimea a Rusia, varios países de la UE y Estados Unidos aplicaron sanciones al gobierno ruso. La ONU declaró la anexión de Crimea inválida. Y cómo es fácil concluir, la anexión de Crimea es el eje de la guerra.  Yanukóvich se vio obligado a huir de Kiev, pues el Parlamento votó su destitución. Sin embargo; el resultado del Euromaidán (nombre que se le dio a esa revolución) fue una población polarizada. Una mitad a favor de la integración con la UE y la otra mitad prorrusa. El cambio pareció traducirse en un nuevo intento de acercamiento a la OTAN aun cuando se produjeron disturbios prorrusos en el este que desestabilizaron el estado político y social del país. Por sobre todo, fue la anexión de Crimea a Rusia lo que hace a Ucrania volver a buscar un acercamiento a la OTAN desde la Cumbre celebrada en Varsovia en julio del 2016. El apoyo práctico de la OTAN se recoge en el Paquete de Asistencia Integral. Luego, en junio del 2017, el Parlamento ucraniano aprobó legislación que establece la pertenencia a la OTAN como objetivo estratégico de la política exterior. En 2019, entró en vigor la enmienda constitucional a fin de cumplir los requisitos establecidos por la OTAN en términos de respetar valores democráticos. Finalmente, en septiembre del 2020, el presidente Volodímir Zelenski aprobó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional que prevé la asociación con la OTAN y la intención de ingresar en ella como miembro pleno. Está claro que una mayoría de ucranianos, al igual que en Polonia, Rumanía, Bulgaria, Hungría, Eslovaquia, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, países aliados o integrantes de la propia Unión Soviética durante la Guerra Fría, no quiere estar en el área de influencia rusa. Los motivos habría que analizarlos con profundidad. Demás está decir que la ampliación de la OTAN crea problemas. El más importante de ellos es la posición de los Estados bálticos y de la propia Ucrania. Rusia ha aceptado a regañadientes la independencia de las repúblicas bálticas y ha dado su conformidad formal a la independencia de Ucrania. Pero existe en la élite rusa la convicción de que con el tiempo Kiev, de algún modo, se reintegrará a la obediencia al Kremlin. La reacción báltica a la expansión de la OTAN era previsible: los bálticos aumentaron sus esfuerzos por llegar a ser miembros. El problema ucraniano es más delicado. Este es el verdadero motivo y no el despliegue de armas nucleares en su territorio. Para el Kremlin, mantener abierta la opción de la eventual reabsorción de Ucrania es un objetivo estratégico central. En otras palabras, la independencia de Ucrania no es aceptada por Rusia. Pues bien, todo lo anterior generó un caldo de cultivo que llevó al estallido de un conflicto con causales complejas que no siempre salen a la luz a primera vista. Y esa es la idea, que ustedes puedan analizar y tener a mano la mayor cantidad de información posible y de allí formarse su opinión y sacar sus propias conclusiones. Espero que mi explicación ayude a entender con mediana claridad este desgraciado evento. Saludos.

viernes, 10 de marzo de 2023

Nuevo Proceso Constituyente 2023

Llegó Marzo... en Chile termina el verano más caluroso de la historia. Se inicia el año laboral y casi todos han vuelto de sus vacaciones. El ambiente está más relajado que en marzos anteriores... la pandemia ya no es tema y se impuso el Rechazo en un plebiscito de salida que puso fin a un proceso constituyente que tuvo al país en vilo por más de dos años. Son tiempos difíciles que aún no terminan. En el horizonte se asoma una recesión económica que al parecer será muy dura. La población está cansada de una clase política que no hace más que mirarse al ombligo y que pone por delante sus propios intereses ideológicos ignorando las reales necesidades de la mayoría de los ciudadanos. Parece surrealista que después de lo anterior y de un futuro que a todas luces se ve incierto, sobre todo en lo económico, sea la propia clase política la que se embarque en un nuevo proceso constituyente sin preguntarle a nadie. Ya he dicho que no me gusta opinar en el canal sobre política contingente; sin embargo, en ocasiones los acontecimientos son de tal relevancia que es imposible sustraerse de la realidad. ¿Quieres saber qué opino de este nuevo proceso? Si tu respuesta es sí, acompáñame y quédate hasta el final de este vídeo...

       El 4 de septiembre del año pasado, la propuesta de nueva Constitución elaborada por una Convención Constitucional elegida para el efecto, fue rechazada por el 62 % del electorado con voto obligatorio. Participó el padrón electoral casi completo. Aun cuando las encuestas daban por ganadora a la opción Rechazo hacía meses, sorprendió la histórica participación de un 85% de los ciudadanos con derecho a voto. La otra sorpresa consistió en la holgura con que se impuso el Rechazo con casi un 62 % de los votos que nadie vaticinó. Pues bien, antes de entrar a comentar el nuevo proceso constituyente creo necesario un intento por interpretar estos resultados: Nadie imaginó que la opción Rechazo ganaría con tal amplitud. Las encuestas vaticinaban un resultado estrecho aunque con más posibilidades para el Rechazo. ¿Por qué se produjo tamaño batatazo? A mi juicio sucedió por una razón bastante simple y que no requiere mayor análisis. El elemento nuevo que distorsiona todos los pronósticos se llama "Voto Obligatorio". Nunca en la historia de Chile habían participado casi quince millones de personas en una elección. ¿Y qué pasaba antes?... Hace ya un tiempo que un porcentaje importante de la población chilena siente desafección por la cosa pública. Fenómeno que se da en la mayoría de las democracias liberales en todo caso. La mala calidad y la polarización del debate político han contribuido significativamente a esta situación. Demás está decir que dicho porcentaje de chilenos no participa en los procesos eleccionarios. Si vemos los resultados de elecciones recientes con voto voluntario, la participación no supera al cincuenta por ciento. Una abstención tan elevada sin duda distorsiona la voluntad popular y los gobiernos que asumen son de minoría. Los presidentes gastan rápidamente su capital político... En efecto, el 4 de septiembre lo anterior cambió y aquel elector desafectado apareció en el plebiscito de salida con mucha fuerza gracias al voto obligatorio. Resultó un ciudadano más sensato y moderado de lo que muchos imaginaban. En los meses previos nadie se atrevió a vaticinar su comportamiento y el resultado se veía incierto para ambos lados. Entonces, no es de extrañar que la clase política entrara en pánico. Empezaron los ofertones de campaña de uno y otro sector. Los del Rechazo prometieron un nuevo proceso menos polarizado, al mismo tiempo que los del Apruebo plantearon reformas a la nueva Constitución para hacerla más moderada antes de que entrara en vigencia. Es decir, llamaron a aprobar una nueva Constitución que empezaba a regir con errores que había que enmendar según ellos mismos. A todas luces un sinsentido. También aparecieron algunos grupos  autodefinidos como de "centroizquierda" y que llamaron a votar Rechazo. Pongo la palabra "centroizquierda" a propósito entre comillas, pues a la hora de encontrarse entre la espada y la pared, de tener que optar en blanco y negro, estos grupos optaron por votar con la derecha. En mi opinión, cuando te juegas el todo por el todo aparece "la hilacha" como se dice en jerga popular. Así fue que no quedó sector o partido político sin tirar toda la carne a la parrilla. Pero, como dije antes, la opción Rechazo marcaba tan solo un poco más en las encuestas y se respiraba incertidumbre en todos lados. Llegó la hora de la verdad y de contar los votos. Todos abrieron los ojos de manera exorbitada ante la holgura del triunfo del Rechazo. Y es aquí donde me quiero detener para hacer un buen análisis de lo que sucedió después del plebiscito...Para empezar, a muchos llamó la atención lo apresurada que fue la reacción de los dirigentes de Chile Vamos. Una coalición que se autodefine como de "centroderecha". Recordemos que fueron estos mismos dirigentes los que impulsaron el proceso constituyente fracasado. Los mismos que sucumbieron ante el miedo generado por la violencia del 2019 y cedieron en prácticamente todo. Los mismos que sufrieron desastre tras desastre en las elecciones que siguieron y los mismos que abrieron la puerta a un proceso revolucionario liderado por la izquierda radical demostrando una ingenuidad irritante. Los mismos que ni siquiera fueron tomados en cuenta en la Convención Constitucional y que no tuvieron más alternativa que llamar a votar Rechazo. Los mismos que no escucharon a los que dijimos que todo este proceso era un profundo error... Muchos pensamos (me incluyo) que después de tanto desastre habrían aprendido algo. Nos equivocamos. Fueron estos mismos dirigentes los que se pusieron a disposición del nuevo gobierno para otro proceso sin que transcurrieran 48 horas del 4 de septiembre. Lo anterior demuestra una ineptitud política que cuesta explicarse. El argumento fue que había que honrar la palabra empeñada. Creo que dicho argumento hubiese tenido lógica con un resultado estrecho pues la promesa de un nuevo proceso surgió del miedo en vista de que las encuestas no vaticinaban un claro ganador. Siempre he pensado que este grupo reacciona en pánico y sin estrategia alguna a largo plazo. Una mínima prudencia nos dice que un 62% para el Rechazo hace necesario un replanteamiento del escenario. Con estos resultados nadie puede arrogarse la voluntad del pueblo, menos tomar decisiones en su nombre y a sus espaldas. En efecto, las reglas del proceso fallido establecían que si triunfaba el Rechazo, continuaba vigente la Constitución de 1980. Su tenor literal nos dice que para embarcarse en otro proceso se requiere de un nuevo plebiscito de entrada. Sin embargo, estos mismos dirigentes deciden entrar en un nuevo proceso constituyente sin preguntarle a nadie aduciendo cansancio electoral y utilizando como resquicio legal el resultado del plebiscito de entrada anterior. ¿Qué pienso al respecto? Arrogarse con mesianismo la representación del pueblo sin que este se manifieste, me parece arrogante por decirlo suave y de un autoritarismo brutal. Por lo anterior estimo que todo este nuevo proceso es ilegítimo. ¿Y qué pasó con la izquierda? A la izquierda siempre le ha costado aceptar sus derrotas electorales y tienen la tendencia de culpar a otros. La derrota del 4 de septiembre fue monumental tanto en el resultado en sí mismo como en la contundencia con que esta se produjo. Pero los culpables no son ellos ni tampoco el texto constitucional resultó extremo para la mayoría de los chilenos. No, los culpables fueron otros: la extrema derecha o la campaña del terror. El pueblo fue engañado por las fake news o simplemente el electorado chileno no estuvo a la altura para comprender sus propuestas. Son demasiado avanzados para la media. Excusas que ni siquiera merecen análisis. La conclusión final es preocupante. Estamos a merced de dirigentes mesiánicos de uno y otro lado que creen representar la voluntad popular. No escuchan o no quieren escuchar a nadie quién sabe con qué fin. La izquierda sufrió una tremenda derrota; sin embargo, la derecha regala otro proceso constituyente, una nueva oportunidad para que sus ideas totalitarias triunfen. Me pregunto si vivimos en un mundo kafkiano... Es mi opinión que lo que hay que mejorar en  Chile no pasa por un cambio constitucional. En esto hay mucho de mito y lo que se requiere, más bien, es un cambio de chip en nuestras mentes.  Sin un cambio cultural en cada uno de nosotros no habrá Constitución alguna que nos lleve al progreso y desarrollo. Pero, más allá de mi pensamiento, si una mayoría quiere una nueva Constitución habrá que atenerse a ella. Mayoría que hace tres años era indiscutible. Pero hoy esa mayoría está en duda gracias al espectáculo patético que dio la Convención. A mi parecer, no cabe más que preguntarle al pueblo. La triste verdad es que la clase política no quiere otro plebiscito de entrada por temor a que la respuesta de ese pueblo, al que dicen representar y servir, sea un rotundo NO. Si no hay plebiscito de entrada me declaro en contra de este proceso y lo más probable es que mi voto al nuevo texto vuelva a ser un contundente rechazo. Saludos.

martes, 11 de octubre de 2022

Plebiscito 2022

Bienvenidos a "Un lugar de literatura". Hace unas semanas Chile fue a las urnas y mediante plebiscito rechazó la proposición de nueva Constitución que hizo la ya disuelta Convención Constitucional. Ahora bien: ¿Qué se viene en la discusión política chilena? ¿Continúa el proceso constituyente? ¿Qué dicen las encuestas? ¿Qué opina la clase política sobre el tema?, ¿Qué piensa el chileno común sobre este proceso? Si quieres tener mayor información acerca de esto y más... del ambiente político que se respira en Chile después del plebiscito del 4 de septiembre, acompáñame y quédate conmigo hasta el final de este vídeo.

El proceso constituyente chileno se inició el 18 de octubre del año 2019. El detonante fue un alza de treinta pesos en el pasaje del Metro. Ese día estallaron una serie de protestas y disturbios que terminaron en el incendio de un gran número de estaciones del tren subterráneo. Los desórdenes siguieron por varios días con saqueos a tiendas y supermercados. También con ataques a cuarteles policiales. Lo que relato es historia conocida; sin embargo, la saco a colación, pues no imaginé que la clase política, sobre todo la que formaba parte del gobierno en ese momento, iba a reaccionar con tal pánico ante los acontecimientos, aunque estos eran graves y eso hay que reconocerlo. Del mismo modo, no hay que dejar pasar la mala fe con que actuó la izquierda al arrogarse una representación del pueblo en las calles para sacar provecho político. A la larga, dicha representación no fue más que una ilusión y esa también es una verdad que tarde o temprano la historia tendrá que admitir. En fin, sobran los análisis y lo inexcusable, a mi entender, fue la falta de preparación y entereza moral que mostraron las autoridades de gobierno para afrontar situaciones difíciles. Lo anterior es una afirmación dura, pero la digo y sostengo con firmeza desde el Presidente de la República para abajo. Han pasado ya tres años de aquellos hechos y es cierto el dicho que dice: "Después de la batalla somos todos generales". Me podrán decir que soy un agorero o que otra cosa es con guitarra; sin embargo, no olvido el ambiente previo a octubre del 2019 que se vivía en la política chilena. Más de un analista sostenía que se engendraba una revolución. Lo que intento decir es que el famoso "Estallido Social" no debió ser sorpresivo para el Gobierno. Había señales objetivas que permitían anticiparse a un colapso del sistema político y la clase gobernante las ignoró con negligencia por decirlo de una manera suave. Por otro lado, encontramos la personalidad un tanto "especial" del que era nuestro Presidente. Me refiero a Sebastián Piñera. Un hombre con éxito empresarial y que se dio el gusto de ser Presidente de Chile. Estoy convencido de que llegó a la Presidencia por una cuestión de ego y lucimiento personal más que por amor a la patria. Su error consistió, según mi modo de ver las cosas, en que utilizó a la política como plataforma para hacer negocios. Se trata de un personaje que buscó la Presidencia sin que nadie se lo pidiera en varias ocasiones, a cualquier precio y con escándalos desde sus inicios en política en la década de los noventa. Este era su segundo mandato. El primero terminó en desastre para su sector político. Su ineptitud me lleva a pensar que la Presidencia para él era una especie de trampolín que lo ayudara a obtener un liderazgo internacional que satisficiera aún más su ego. Durante todo su gobierno vivió en una realidad paralela y nunca supo o quiso leer las reales demandas de su electorado, a pesar de que hubo varios que se lo advirtieron.  Es obvio que en su segundo período intentó buscar un liderazgo más allá de las fronteras chilenas. En materia internacional se fue a meter a Colombia y desafió al gobierno de Maduro en Venezuela a comienzos del 2019. No logro comprender porqué Piñera pensó que este iba a ser un juego con soldaditos de juguete. No entiendo como no calculó que involucrarse en el conflicto venezolano traería consecuencias. Su política con relación a Venezuela fue tan inconsistente que reconoció a Guaidó como legítimo gobierno venezolano; sin embargo, no fue capaz de expulsar al embajador de Maduro en Chile. Si te involucras en un conflicto de estas características, lo haces o no lo haces. No caben las medias tintas. Y este es el cóctel que estalló el 18 de octubre: Una economía concentrada en pocas manos, una clase política inepta y negligente, una izquierda vociferante y un Presidente viviendo en el limbo. La tormenta perfecta... una pesadilla. Los desórdenes culminaron en una gran manifestación. Más de un millón de personas solo en Santiago se congregaron en la Plaza Italia exigiendo mejor salud, pensiones dignas y educación de calidad. Pero es aquí donde encontramos el meollo del asunto: El ciudadano común salió a la calle exigiendo mejor salud, pensiones y educación. No una nueva Constitución. Sin embargo; la inepta clase política, se aprovechó de las circunstancias y vendió el relato de que todos esos problemas se solucionaban con una nueva Constitución. Por su parte, el débil gobierno de Sebastián Piñera cedió a las presiones de la izquierda. Resultado: en el Parlamento se firmó un acuerdo la noche del 15 de noviembre del año 2019 y abrió un proceso constituyente que se inició con un plebiscito de entrada celebrado el 25 de octubre del 2020 y que dio como resultado un 78 % para el Apruebo y un 22 % para el Rechazo. Si me preguntan, el proceso fue una estafa de principio a fin. Fue producto del miedo ante hechos de violencia a los que no se les puso freno por un gobierno temeroso de ser acusado por violaciones a los Derechos Humanos y la existencia de una izquierda que siempre utiliza esta herramienta como bandera de lucha para conseguir sus fines de manera sesgada y que avaló la violencia como método válido para conseguir objetivos. Me imagino que otro motivo para no frenarla fue un Sebastián Piñera espantado ante la sola posibilidad de ser perseguido por eventuales responsabilidades y que dicha persecución repercutiera en su patrimonio. De más está decir que en la noche del 15 de noviembre reinó el apuro y la improvisación. El sector oficialista cedió en prácticamente todo y se creó un marco institucional que posteriormente fue modificado sin preguntar a nadie. Esa noche se establecieron ciertas normas básicas de manera incompleta e improvisada que dieron lugar a anomalías electorales que después se reflejaron en la Convención. La elección de 155 convencionales constituyentes  se realizó el 15 y 16 de mayo de 2021. Sin duda que la primera anomalía fue una cantidad de escaños reservados para los pueblos indígenas como una manera de avanzar en el reconocimiento de sus demandas. Su finalidad fue garantizar la representación y participación de los pueblos originarios. En total, se reservaron 17 escaños equivalentes a un 11% de la Convención. Solo un 22% del padrón indígena votó para elegir a esos 17 escaños. Muchos de ellos electos con una muy escasa votación. Después nos encontramos con listas de independientes. A partir de la desconfianza hacia los partidos y la élite política en general, surgió la demanda de permitir la presentación de candidaturas independientes. Si bien las candidaturas independientes son permitidas en elecciones al Congreso, la innovación consistió en que para la Convención Constituyente se permitió que las candidaturas independientes se asociaran entre sí para conformar una lista. Lo que sucedió al final fue que estas listas de independientes tenían poco. Se presentaron muchos activistas y dirigentes de izquierda radical que, como dije, estaban lejos de ser independientes en realidad. Ejemplo de lo que digo fue la famosa "Lista del Pueblo". La Convención se instaló el 4 de julio del 2021 y ese mismo día empezaron los shows. En el acto de instalación todos fuimos testigos por televisión de como la convencional Elsa Labraña gritaba de forma destemplada a la funcionaria del Tricel que presidía el acto y de como se pifiaba nuestro himno nacional. Luego vino el icónico caso Rojas Vade que, a mi juicio, hundió al proceso. Este fue un convencional de la Lista del Pueblo electo a base de una campaña en la que dijo estar endeudado para pagar el tratamiento de  un cáncer que en realidad no tenía. Es decir, fingió una enfermedad terminal que no padecía para ser electo. A partir de este episodio, la credibilidad en el proceso se desplomó. Pero esto no fue lo único: vimos a los convencionales disfrazados de dinosaurio y a los que votaban desde la ducha. Fiestas subidas de tono. El cuestionamiento a nuestros símbolos patrios. En fin, todos los días éramos sorprendidos por algún numerito de los convencionales.  Pero al final no solo era la conducta de los convencionales, sino que también el texto mismo de la nueva Constitución que se proponía al país. La nueva Carta Magna consagró un Estado plurinacional, es decir, un Chile compuesto de varias naciones y con territorios autónomos para los pueblos originarios. También un sistema judicial distinto para los mismos pueblos originarios que coexistiría en un plano de igualdad con el sistema nacional. Se propuso el reemplazo del Senado por una Cámara de las Regiones. Derecho al aborto libre. Se debilitó la protección del derecho de propiedad y no se consagró la propiedad de los cotizantes sobre sus cuentas individuales para jubilar. Podemos seguir con un sistema único de salud y de educación por nombrar algunas normas que causaron un profundo rechazo en la mayoría de la población. En resumen: La deliberación constitucional estuvo caracterizada por bochornos y escándalos de los propios constituyentes, por posiciones maximalistas e infantilismos que hicieron difícil o imposible el diálogo. Aspectos positivos, como los mecanismos de participación ciudadana, se vieron empañados por el mal manejo político de los líderes de la Convención. A esto se suma que los constituyentes de centroderecha fueron expresamente excluidos de las negociaciones y acuerdos, impidiéndoles contribuir sustancialmente en el debate. Lo más grave: el proceso constituyente fracasó en su objetivo de servir como punto de encuentro que uniera a todos los chilenos. Las encuestas empezaron a mostrar una visión negativa de la ciudadanía en lo que se refiere a la Convención y su trabajo a partir del mes de abril del año en curso; sin embargo, los constituyentes ignoraron estas señales. Todo culminó en el plebiscito del 4 de septiembre y con un contundente 62% para el Rechazo. El problema constitucional en Chile continúa abierto. En mi canal evito tocar la contingencia, pero esta vez me es imposible soslayarla. Con lo acontecido en mi país, me doy cuenta de lo importante que son la cultura y la filosofía en nuestra formación como ciudadanos ,pues, nos ayudan a enfrentar los problemas con racionalidad. También observo con estupor la falta de formación integral en quienes nos dirigen. Pienso que, y más allá de sí nuestra sensibilidad es de izquierda o derecha, la política debiera ser una actividad lógica y sensata. Dos más dos es cuatro con absoluta independencia a si soy de izquierda o derecha. Es evidente que en la política de hoy prosperan los populismos y lo emocional supera a lo racional. Mi canal es pequeño. Aun así, no desistiré en mi humilde afán de aportarles cultura, coherencia, lógica y sensatez. En reiterarles, y de manera majadera, que nuestro mundo es el producto del trabajo, esfuerzo e inventiva de innumerables generaciones. Lo anterior me motiva a seguir en este emprendimiento porque hay un dicho que dice: "La sabiduría empieza cuando entendemos al mundo como en realidad es y no como quisiéramos que fuera". Y son, precisamente, los que han entendido este aforismo los que han empujado el progreso y el conocimiento. Vivimos en un mundo polarizado donde no es lógico ni racional imponer por la fuerza una forma de ver la vida a los que no la comparten. Sobre todo si esa manera de ver el mundo no se sustenta en una realidad científica que, si bien puede ser dura, no deja de ser la realidad a la que atenernos. En eso consisten las ideologías y por eso también fracasan. Su objetivo es transformar al mundo en como quisiéramos que fuera dejando de lado a una realidad con la cual chocan. Si el problema constitucional que vive Chile se hubiese abordado desde una perspectiva lógica, racional y desde la realidad, no me cabe duda de que otro gallo cantaría. Han pasado tan solo unas semanas, pero, desgraciadamente, poco ha cambiado. Seguimos con dirigentes que no saben en qué país viven y una ciudadanía hastiada de políticos ineptos. Saludos.

jueves, 23 de junio de 2022

Filosofía y matemáticas

Mientras más profundizo en el estudio de los orígenes del conocimiento y nuestra civilización, mientras más reflexiono acerca de este maravilloso viaje de esfuerzo, trabajo, progreso e inventiva, a mi juicio, debemos necesariamente concluir que el saber, en un comienzo, fue uno solo. Los distintos avances en filosofía y letras, en historia, también en  matemáticas y  astronomía fueron el producto de una forma única de mirar el mundo y, por lo tanto, aquellos sabios de la antigüedad que lograron, con tanto ingenio, estos avances, cultivaron todas las ramas del saber. Así, la filosofía se nutre de la poesía y de la historia, de la literatura del mismo modo que de las matemáticas. Lo anterior da lugar a una astronomía que influye en la geometría. Podríamos seguir hasta casi el infinito, lo importante es comprender que tanto los avances como, del mismo modo, los nuevos desafíos planteados por cualquier rama del conocimiento produce efectos en las otras. Para nadie es un misterio que me interesa la filosofía y sobre todo la antigua. Siempre me pregunté porqué los primeros filósofos fueron, además, grandes matemáticos. Lo anterior se da igual en la actualidad pues grandes filósofos del s XIX y XX son, al mismo tiempo, científicos y matemáticos. Lo anterior es, precisamente, el objetivo de este artículo. Intento entender y explicar la relación que hay entre filosofía y matemáticas. ¿Porqué los avances filosóficos, científicos y matemáticos van de la mano? Esta será la pregunta que procuraremos contestar. Las matemáticas se remontan a la prehistoria pues los primeros seres humanos hallaron modos de contar y cuantificar las distintas cosas. Empezaron a identificar ciertos patrones y reglas en los conceptos de números, tamaños y formas. Descubrieron los principios básicos de la suma y la resta. Hoy, tales ideas parecen obvias, pero fueron avances profundos para su época. Por otro lado, debemos entender que transitamos por un camino de descubrimiento y no de invenciónEl hecho de que 2 + 2 = 4 es una verdad con independencia de la existencia humana; implica que las reglas de las matemáticas, como las leyes de la física, son universales, eternas e invariables. Al mostrar por primera vez que los ángulos de cualquier triángulo en un plano suman 180°, los matemáticos no lo inventaron, sino que descubrieron un hecho que siempre ha sido cierto y siempre lo será. Es sabido que la filosofía nació en Grecia en los s VI y V ac, sin embargo, las matemáticas son mucho más antiguas. Con la sedentarización de las sociedades, las operaciones aritméticas y un sistema de numeración se convirtieron en herramientas esenciales para la burocracia estatal y el comercio. La gestión de existencias e impuestos de incontables bienes tales como aceite, harina o parcelas de terreno, requirió de sistemas de medida, asignando valores numéricos a dimensiones tales como el peso y la longitud. Los cálculos se volvieron complejos y se desarrollaron la multiplicación y la división a partir de la suma y la resta, lo cual permitió calcular, por ejemplo, áreas de terreno. Las primeras manifestaciones de matemáticas complejas se dieron en Mesopotamia y Babilonia. Lo que hoy sabemos de las matemáticas babilónicas procede de excavaciones hechas a mediados del siglo XIX. Alrededor de 300 tablillas de arcilla han sido identificadas como tablillas matemáticas puesto que contienen diversos problemas matemáticos y que pertenecen a diversos períodos de la historia de Babilonia. Así tenemos textos matemáticos que, posiblemente, datan de alrededor del 2100 ac, otros de alrededor del 1600 ac, y otros del 600 al 300 ac. Fue en esta región donde nació la escritura y con ella la representación numérica. A pesar de que no conocían el cero, utilizaron la numeración posicional, es decir, con pocos símbolos, y combinándolos de distinta forma, representaban por escrito una gran cantidad de números. Su escala numérica fue en base 60. A ellos le debemos que 1 hora tenga 60 minutos y una circunferencia 360 grados. En el antiguo Egipto, las principales referencias que tenemos sobre sus matemáticas se basan en documentos escritos sobre papiro, un material frágil, por lo que es muy poca la base para una descripción precisa de los límites que esta civilización alcanzó en las matemáticas. Uno de los papiros sobrevivientes es el llamado papiro de Moscú, otro el papiro Rhind. Se ha cifrado el año 1650 ac. para este último, y 1850 ac. para el primer papiro. En relación con el primero, aparecen 87 problemas y sus soluciones, en el segundo 25. Los egipcios ya podían resolver ecuaciones y realizar cálculos sobre figuras geométricas. Contaban con la capacidad de dibujar formas espaciales, tales como las pirámides. Esta cultura avanzó de forma considerable en el uso y aplicación de la geometría, calculando de forma muy precisa el área de triángulos, rectángulos y trapecios. Lograron avances en el cálculo de volúmenes de cilindros, ortoedros y, obviamente, las pirámides. Utilizaron un sistema de base decimal, muy similar al que usaron los romanos, lo que les permitió sumar, restar, multiplicar y dividir. Los egipcios poseían una aritmética básicamente aditiva, es decir, por ejemplo, reducían la división y la multiplicación a sumas. En relación con la geometría, la opinión generalizada es que la usaban, al igual que los babilonios, como un instrumento para resolver problemas prácticos. Lo que se daba era una aplicación de álgebra y aritmética a problemas relacionados con figuras geométricas que emergían en situaciones concretas. Según Heródoto, los resultados geométricos de los egipcios estaban vinculados a asuntos relativos a la propiedad de la tierra creados por las crecidas del Nilo. Aquí encontramos procedimientos para calcular áreas de rectángulos, triángulos y trapezoides e, incluso, mecanismos para el cálculo del área de un círculo. Mucho de lo que hicieron los egipcios en matemáticas está vinculado a transacciones comerciales, edificaciones, cálculo de superficies, medidas de terrenos, y a diversos asuntos de naturaleza práctica en una sociedad asentada en la agricultura. En cuanto a los griegos, estos crearon un vergel matemático fértil que alimentó nuestra cultura por mil años y también la del Oriente próximo. Pero los griegos no solo alcanzaron grandes avances en matemáticas, igualmente lo hicieron en filosofía, literatura y política. Éxitos que marcaron de forma indeleble el devenir intelectual de Occidente. Y es aquí donde quiero llegar. ¿Qué diferencia a las matemáticas griegas de las demás matemáticas antiguas ? Vayamos al teorema de Pitágoras: " En todo triángulo rectángulo, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos". Ustedes observarán que el comienzo del teorema dice: "En todo triángulo" y es aquí donde emerge la diferencia entre las matemáticas griegas y las de otras civilizaciones de la época. Lo que se afirma en el teorema se da en todas las situaciones y no solo en unos cuantos ejemplos prácticos. Surge otro problema: ¿ cómo estamos seguros de que esta hipótesis se da en todos los casos sin excepción ? Los griegos propusieron que toda afirmación de validez universal debiera ir acompañada de una demostración. Es decir, una cadena de razonamientos lógicos que parten de hechos evidentes y cuyo último resultado es la afirmación que queremos demostrar. La demostración fue un invento de los primeros matemáticos griegos, y con ella nacen las matemáticas tal como las entendemos hoy. Los griegos  inventaron las matemáticas teóricas y abstractas basadas en una estructura lógica de definiciones, axiomas y demostraciones. Según los cronistas, este avance comenzó en el siglo VI ac con Tales de Mileto y Pitágoras de Samos. Este último enseñó la importancia del estudio de los números para poder entender el mundo. El mismo Pitágoras, o alguno de sus discípulos, descubrió los números irracionales. Un verdadero terremoto lógico para la matemática de la época. Y es en este punto del desarrollo de esta ciencia que filosofía y matemáticas empiezan a caminar de la mano. En el desarrollo del pensamiento humano ha habido una constante interacción entre filosofía y matemáticas. Han sido muchos los sistemas filosóficos que han buscado su apoyo y fundamento en el modo de proceder de las matemáticas. Es así cómo los primeros filósofos intentaron comprender y desentrañar los enigmas que plantea el mundo real. Buscaron el "arché" o ese elemento único y universal. Pero la realidad, la gran mayoría de las veces, se presenta demasiado compleja para tratar de abordarla tal cual es. El mundo de la matemática pretende simplificar el universo a un conjunto de teoremas y leyes incuestionables. Es natural que el filósofo, en su imposibilidad de penetrar esta realidad, haya considerado a la matemática como un primer paso extraordinariamente valioso en su camino hacia la verdad. Tal fue la actitud que Tales y Pitágoras asumieron y que fue transmitida con peculiar estilo por Platón. Misma actitud que ha sido retomada diversas veces a lo largo de los siglos e, incluso, en nuestros días. Fue el modo de afrontar problemas matemáticos del que se valió la filosofía para intentar explicar el universo y es, precisamente, eso lo que hace aparecer a aquellos precursores del pensamiento tan lúcidos ante nuestros ojos. De más está decir que el método científico contemporáneo conserva muchos de los rasgos del raciocinio filosófico y matemático inicial desarrollado por estos sabios. Es el afán teórico y abstracto de las matemáticas griegas lo que va a permitir el camino desde unas matemáticas que mezclan lo empírico y teórico, como en Tales de Mileto o las primeras generaciones de pitagóricos, hasta unas matemáticas abstractas que solo se alcanzan y consolidan en la Academia de Platón pues allí se teoriza acerca de entidades no materiales como el espacio, los números y las formas. Lo anterior alcanza su apogeo en el s III ac con "Los Elementos", la obra clásica de Euclides y el genio de Arquímedes de Siracusa. El alfabeto fonético, que empezaron a utilizar los griegos, fue el punto de partida para la transmisión por escrito de ideas complejas. El poder del lenguaje y la palabra. Por otro lado, las matemáticas abstractas, inventadas por los griegos, fueron el antecedente del método científico. Ambos, conceptos fundamentales que sin su desarrollo y precisión, hubiéramos avanzado, sin duda, a un mundo distinto. Por último, la relación entre filosofía y matemáticas no se termina con la Grecia clásica. Es una relación que continúa en la modernidad y llega hasta nuestros días. En la época moderna encontramos a un René Descartes, a un Blaise Pascal, al mismísimo Isaac Newton y, también, a un  Gottfried Wilhelm Leibniz por nombrar a algunos matemáticos que también fueron grandes filósofos o, si ustedes prefieren, viceversa. Ya en la época contemporánea aparecen un Bertrand Russel o un Ludwig Wittgenstein. Se darán cuenta que la relación Filosofía - Matemáticas, si bien nació en la antigüedad no se agota en ella. Son dos ramas del conocimiento que se alimentan la una de la otra y que, muchas veces, una ha colaborado de manera decisiva en los avances de la otra. A medida que pasa el tiempo, más me convenzo de que el conocimiento es uno solo y, tarde o temprano, no quedará más que aceptar que las ciencias exactas no existen sin las humanidades y que estas, a su vez, dicen directa relación con las ciencias biológicas. El universo es uno solo y todo se conecta de alguna forma con todo. Saludos.