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viernes, 5 de octubre de 2007

Charles Baudelaire


Charles Baudelaire nace en París en 1821. Hijo de un matrimonio cronológicamente desigual, sesenta y dos años tiene su padre y veintiseis su madre. A los seis años muere su padre quién desempeña un alto cargo administrativo en el senado francés. Su joven madre vuelve a contraer matrimonio al poco tiempo. Por su carácter independiente, su padrastro decide embarcarlo en el puerto de Burdeos a un viaje por el Indico y la India, tierras que influyen definitivamente en su obra literaria. De turbulenta y amargada vida inicia lo que se llamó después "Poesía Maldita". Su vida terminó en la cama de un hospital en 1867. Les dejo con su poema: " Al Lector ":

-.-

" La necedad, el yerro, la culpa, la codicia,

ocupan nuestro espíritu, trabajan nuestro cuerpo,

y como los mendigos se nutren de miseria,

nosotros nos nutrimos de los remordimientos.

-.-

Nuestro pecado es terco, la contrición cobarde;

nos hacemos pagar muy bien lo confesado,

y creyendo lavar con vil llanto las culpas,

nos volvemos alegres al camino de fango.

-.-

En la almohada del mal es Satán Trimegisto

el que sabe mecer y embrujar nuestra alma,

y el precioso metal de nuestra voluntad

evaporar su mano químicamente sabia.

-.-

El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven.

Atractivo encontramos en lo más repugnante;

cada día al infierno descendemos un paso

por tinieblas hediondas y espantosos lugares.

-.-

Igual que un libertino que besara y mordiese

el seno maltratado de una vieja ramera,

robamos al pasar un placer clandestino

que exprimimos lo mismo que una naranja seca.

-.-

Espeso, hormigueante, como un millón de helmintos,

un pueblo de demonios hierve en nuestro cerebro;

y cuando respiramos baja a nuestros pulmones,

como un río invisible, la muerte, el paso quedo.

-.-

Si el estupro, el veneno, el incendio, el puñal,

no han bordado hasta ahora dibujos a capricho

en este cañamazo que destino llamamos

es , ¡ay! , porque no somos lo bastante atrevidos.

-.-

Pero entre los chacales, las panteras, los linces,

los monos y escorpiones, los buitres, las serpientes,

los monstruos aulladores, rampantes, gruñidores,

en esa fauna horrible del vicio, ¡ uno aparece

-.-

más feo todavía, más malo, más inmundo!

Sin gesticulaciones, sin lanzar grandes gritos,

hiciera, por su gusto, de la tierra un despojo,

se tragaría el mundo de un bostezo infinito:

-.-

¡es el tedio! El nos llena de llanto sin motivo,

y fumando su pipa, imagina cadalzos.

Tú conoces, lector, al delicado monstruo

- hipócrita lector -, - igual a mí -, ¡ mi hermano! "






Saludos.


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