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domingo, 14 de julio de 2024

La Universidad

Chile vivió hace algunos años una ola de movilizaciones sin precedentes, cuyo origen se encuentra en el sistema de educación superior que impera en el país. Existe un consenso en el sentido de que la educación no puede transformarse en un negocio y, por lo tanto, las entidades dedicadas a la enseñanza profesional no deben tener fines de lucro. Observamos cómo distintas casas de estudio se preocupan más por fabricar profesionales (especialmente en las áreas con más demanda) que por cumplir con el verdadero propósito de una universidad. Cada marzo gastan millones en publicidad y van a la "caza" de estudiantes o "clientes", considerando la educación como un bien más de consumo. La clase media se endeuda de por vida para que sus hijos (la primera generación en asistir a la universidad) tengan acceso a un título profesional que les garantice un mejor futuro. Es un sistema en el que es imposible cumplir con el verdadero sentido de "universidad". Para entender este concepto, debemos volver a los orígenes: etimológicamente, la palabra proviene del latín "universitas" y significa "todo", "entero" o "universal". En la Edad Media, "universitas" se utilizaba para referirse a cualquier comunidad o corporación, especialmente aquellas dedicadas a la enseñanza y el aprendizaje. Con el tiempo, el término se asoció específicamente con las instituciones de educación superior que comenzaron a surgir en Europa. La primera universidad que se ajusta al concepto moderno fue la Universidad de Bolonia, fundada en 1088. Aquí, "universitas" se refería a la corporación de estudiantes y profesores que se unían en la búsqueda del conocimiento. Este sentido de comunidad académica ha perdurado y evolucionado, moldeando la universidad como la conocemos hoy.

Las primeras universidades medievales, como Bolonia, París y Oxford, surgieron como centros de estudio y enseñanza donde se promovía la libre discusión y el intercambio de ideas. Estas instituciones se convirtieron en guardianes del saber, preservando y transmitiendo conocimientos en una época en la que las guerras y la inestabilidad política amenazaban la cultura y la educación. En la Edad Moderna, la universidad experimentó cambios significativos. La Reforma y el Renacimiento introdujeron nuevas ideas y enfoques científicos, ampliando el ámbito del conocimiento universitario. Durante la Ilustración, la universidad se consolidó como un espacio de pensamiento crítico e innovación.

El siglo XIX trajo consigo la visión de Wilhelm von Humboldt, quien propuso una universidad orientada a la investigación y la integración de la enseñanza y el aprendizaje. Esta concepción transformó la universidad en una institución no solo de educación, sino también de generación de nuevo conocimiento. José Ortega y Gasset, en su obra "Misión de la Universidad", destacó la importancia de la universidad en la formación de líderes y en la orientación de la sociedad. Ortega y Gasset veía a la universidad como una institución que debía adaptarse a los cambios sociales y contribuir activamente al progreso de la civilización.

Se entiende, ya desde aquella época, que para existir una "universidad" se deben dar los siguientes requisitos:

  1. Sentido corporativo: En Roma se le denominaba "collegium" o corporación a todas aquellas agrupaciones dedicadas a una actividad común. Cuando dichas entidades tenían por objeto el estudio y el saber, se les denominaba "studium" o "universitas". Conformaban entidades jurídicas independientes, distintas de sus integrantes y capaces de actuar por sí mismas en el mundo del derecho.

  2. Universalidad: La universidad fue un concepto expandido por toda Europa y abrió sus puertas tanto a maestros como a estudiantes sin importar su procedencia, lengua o nación. Usaron el latín como idioma unificador de la cultura y, además, sus títulos refrendatorios de conocimiento eran reconocidos universalmente. Como consecuencia de lo anterior, aquellos títulos permitían enseñar en cualquier parte.

  3. Ciencia: El estudio debe abarcar la totalidad de las ciencias y disciplinas convergentes en la unidad del saber. En este sentido, se le dio en un comienzo una importancia preponderante a las llamadas artes liberales, es decir, oficios que proporcionaban a quienes los ejercían "libertad".

  4. Autonomía: En dos sentidos. En primer lugar, desde una perspectiva académica, se debe contar con la objetividad de la ciencia en orden a establecer leyes y métodos. En segundo lugar, y derivado de su función social, requiere independencia en relación con otras entidades o gobiernos. Para eso necesita un estatuto jurídico especial. 

Por último, la universidad no es solo un ente transmisor de conocimientos, sino que también es "Alma Mater", es decir, una entidad generadora de saber y capaz de transformar al hombre por medio del estudio y la ciencia. En el mundo contemporáneo, varias universidades destacan no solo por su excelencia académica, sino también por su compromiso con la investigación, la innovación y el servicio comunitario. La Universidad de Harvard y el MIT en Estados Unidos, la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, y la Universidad Nacional de Singapur son solo algunos ejemplos de instituciones que han logrado mantener altos estándares educativos y de investigación. Estas universidades no solo forman a profesionales altamente calificados, sino que también contribuyen significativamente al avance del conocimiento y al desarrollo de soluciones innovadoras para los desafíos globales. Las universidades juegan un papel crucial en el desarrollo económico y social de sus comunidades y países. A través de la investigación y la innovación, las universidades contribuyen al crecimiento económico, crean empleos y mejoran la calidad de vida. Por ejemplo, el ecosistema de startups en Silicon Valley ha sido impulsado en gran medida por las universidades locales, como Stanford y UC Berkeley. Además, las universidades fomentan el emprendimiento y la innovación, proporcionando recursos y apoyo a los emprendedores y promoviendo una cultura de creatividad y pensamiento crítico.  Es importante no engañarnos a nosotros mismos y brindarle la categoría de "universidad" a una entidad que no lo es. Si una institución coloca en su puerta un letrero que diga "universidad", no significa que lo sea. Hoy en día, las universidades enfrentan una serie de desafíos significativos. La financiación es un problema persistente, con muchas instituciones luchando por mantener sus operaciones sin aumentar drásticamente las tasas de matrícula. La competencia global también es intensa, con universidades de todo el mundo compitiendo por los mejores estudiantes y profesores. La digitalización ha transformado la forma en que se imparte la educación, y las universidades deben adaptarse a este nuevo entorno tecnológico. Además, la pandemia de COVID-19 ha acelerado la adopción de la educación en línea y ha planteado nuevos desafíos en términos de accesibilidad y equidad. Las universidades están adoptando diversas innovaciones para mejorar la educación superior. El uso de tecnologías digitales ha permitido la creación de plataformas de aprendizaje en línea, facilitando el acceso a la educación a personas de todo el mundo. Los MOOC (Cursos Online Masivos y Abiertos) han democratizado el acceso a la educación de alta calidad, permitiendo a millones de personas aprender de los mejores profesores y universidades. Además, la personalización del aprendizaje a través de la inteligencia artificial y el análisis de datos está permitiendo a las universidades ofrecer experiencias de aprendizaje más adaptadas a las necesidades individuales de los estudiantes. Las universidades están tomando medidas para promover la igualdad de oportunidades y la inclusión social. Muchas instituciones ofrecen becas y programas de apoyo para estudiantes de entornos desfavorecidos, garantizando que la educación superior sea accesible para todos, independientemente de su origen socioeconómico. Las universidades están adaptando sus currículos y programas para alinearse mejor con las necesidades del mercado laboral. Las asociaciones con empresas permiten a los estudiantes obtener experiencia práctica a través de pasantías y proyectos colaborativos. Los programas de educación continua y formación profesional ayudan a los trabajadores a mantenerse actualizados en sus campos y a adquirir nuevas habilidades a lo largo de sus carreras.

Por todo lo anterior, es siempre útil recurrir a los orígenes para entender el correcto alcance de los términos, conceptos y valores que han hecho de nuestra cultura lo que es.

La universidad, desde sus humildes comienzos en la Edad Media hasta su presencia global en la actualidad, ha sido un pilar fundamental en el desarrollo de la humanidad. A través de su evolución etimológica y filosófica, la universidad ha demostrado ser una institución resiliente y adaptativa, capaz de enfrentar los desafíos de cada época. En un mundo en constante cambio, la universidad continúa siendo un faro de conocimiento, aprendizaje y progreso, guiando a la sociedad hacia un futuro más prometedor. Saludos.

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