Intenté escoger con cuidado el tema de mi primer post del año. Analicé la mayoría de los hechos que impactaron a la opinión pública durante el 2011. De estos acontecimientos, sin duda, el que más llamó mi atención fue el movimiento de "Los Indignados". A mi juicio, este es un fenómeno de la mayor relevancia, pues implica las primeras manifestaciones de rebeldía contra los grandes conglomerados empresariales y, curiosamente, generadas por una clase media que tiende a homogeneizarse en todo el mundo. El "proletariado" de hoy no es la clase obrera o campesina de hace un siglo. Más bien, se compone de ciudadanos que, en su mayoría, viven de un trabajo técnico o profesional que les permite acceso a un mayor bienestar material. Pero, y a pesar de este progreso, las grandes compañías acumulan y acumulan utilidades a costa de este ciudadano común y provocan que la brecha entre este nuevo proletariado y los grandes capitales sea sideral. El problema se agrava aún más con la dependencia que mantiene a una clase política mediocre sometida a estas corporaciones. Nos encontramos con líderes que no están dispuestos a perder sus posiciones de privilegio y, para ello, requieren grandes sumas de dinero proporcionadas por estos conglomerados. Por tanto, a la hora de ejercer su mandato, la clase política se debe más a sus mecenas que al electorado. Las transnacionales ejercen un poder que ni siquiera es contrarrestado por la "Igualdad ante la Ley" que, se supone, debiera garantizar la Democracia moderna. Los ciudadanos están desamparados y sienten que el sistema político no los protege de los abusos cometidos por estos holdings. Por el contrario, ninguna decisión política se toma sin consulta previa a estos poderes, además, a la primera señal de peligro en cuanto se vaya a aprobar una norma contraria a sus intereses, se pone en marcha una maquinaria de lobby que tiene por objeto ejercer influencia en los que gobiernan. Influencia que el ciudadano común ni siquiera sueña ejercer. Por otro lado, se supone que la Economía Social de Mercado garantiza la Libre Competencia. Sin embargo, lo anterior hoy es discutible al estar las megaempresas controladas por pocas manos y haciendo estas lo posible para sacar del mercado al pequeño y mediano empresario. Las grandes revoluciones se producen porque los privilegios de la clase dominante ya no son tolerados ni justificados por el ciudadano común y eso es lo que sucede. Podría existir una gran semejanza entre las transnacionales y la nobleza francesa, así como también del ciudadano común con el pueblo que se levanta en armas y toma La Bastilla. Espero, eso sí, no vuelva la guillotina. En todo caso, estos son procesos complejos y largos en el tiempo. Pero, me come la curiosidad por conocer el desarrollo de los hechos. Quiero averiguar si este movimiento será, en definitiva, un pilar en el desarrollo cultural del hombre. Saludos.
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