¿Adalides de la democracia o defensores de los derechos humanos?. ¿Protectores de la humanidad?. Estos son solo algunos de los títulos con que podemos investir a una nueva estirpe de líderes mundiales. El mundo se ha convertido en una vorágine y estos son los liderazgos que no solo vemos en los gobiernos sino que en todos los ámbitos. Tanto en países poderosos como en los que no lo son tanto. Tienen algo en común, son ejercidos por hombres y mujeres que bordean la cincuentena, es decir personas jóvenes que ostentan cargos de gran responsabilidad. La juventud significa empuje, pero también falta de experiencia y a veces soberbia. Es allí dónde radica la falla de este nuevo estilo de hacer las cosas. Una forma dónde la democracia se impone por la fuerza. ¿Se dan cuenta del contrasentido? Vivimos en un mundo con distintas etnias y culturas, religiones y formas de gobierno. Todas merecen respeto y tienen sus propias historias y procesos, es por eso que no se les puede imponer instituciones ajenas a su idiosincrasia como si fueran la única verdad, si no recordemos a los pueblos originarios americanos. Es una nueva forma de barbarie. Y si de civilización se trata miremos a las potencias, nuestros "maestros". Pasaron por momentos difíciles, Estados Unidos una cruenta guerra civil que acabó con la esclavitud. Lo mismo Inglaterra con la dictadura de Cromwell y ni qué hablar de Francia con la Revolución Francesa. Tenemos el ejemplo de Rusia y España. No olvidemos a los que murieron en Hiroshima y Nagasaki, ¿acaso ellos no tenían derechos humanos?, ¿quienes son los genocidas?. Primero miremos la paja en el ojo propio antes de andar dando lecciones por el mundo como si la nuestra fuera la única verdad. Saludos.
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