Todos sienten curiosidad por el Oriente. La idea de recorrer un territorio con siglos de historia y cultura incomparables atrae a millones. Llegué a Beijing con esa misma sensación, ansioso por sumergirme en un mundo de tradiciones milenarias y modernidad vertiginosa.
Pekín: El Corazón Histórico de China
Mi primera parada fue la majestuosa plaza de Tian'anmen , reconocida como la más extensa del mundo. Este emblemático espacio simboliza el poder y la historia china, flanqueado por el mausoleo de Mao Zedong, donde descansa el cuerpo embalsamado del líder de la Revolución. En este lugar cargado de simbolismo, me encontré con el espíritu de un pueblo cuya historia parece latir en cada rincón.
A la mañana siguiente, el plan era recorrer la Gran Muralla China , una estructura colosal que serpentea por las montañas y se pierde en el horizonte. Subir sus empinados escalones fue como retroceder en el tiempo. Mientras caminaba, me imaginaba a los kilómetros de trabajadores que dedicaron sus vidas a construir esta maravilla arquitectónica, diseñada para proteger al imperio de las invasiones del norte.
Otra visita obligada fue la Ciudad Prohibida , el imponente complejo palaciego que alguna vez estuvo reservado exclusivamente para los emperadores y sus cortes. Sus amplios patios, edificios ornamentados y altos murales crean una atmósfera casi mística. Es imposible no pensar en la película El Último Emperador , que retrata la caída de esta última etapa imperial.
Beijing también ofrece otras joyas arquitectónicas y culturales. El Palacio de Verano , con su exquisito lago y jardines, y el Templo del Cielo , un impresionante complejo religioso que simboliza la conexión entre el cielo y la tierra, son testigos del esplendor de la dinastía Ming.
Xi'an: El Legado de los Guerreros de Terracota
En avión, llegué a Xi'an , una ciudad con una población de siete millones de habitantes, ubicada en el centro de China. Aunque es conocido como el punto de partida de la antigua Ruta de la Seda, adquirió fama mundial gracias al hallazgo de los Guerreros de Terracota , un descubrimiento fortuito realizado por un campesino en la década de 1970.
Este ejército de figuras de tamaño real, compuesto por soldados, caballos y carros de guerra, custodia la tumba del primer emperador chino, Qin Shi Huang. Cada estatua es única, representando diferentes rangos y armas del ejército imperial. La precisión en los detalles, desde la expresión facial de los soldados hasta los pliegues de sus uniformes, es un testimonio del arte y la técnica de la antigua China. Hasta la fecha, los arqueólogos han desenterrado incluso al estado mayor de este ejército, considerada una de las mayores maravillas del mundo moderno.
Shanghái: Donde Oriente se encuentra con Occidente
Mi siguiente destino fue Shanghái , una metrópoli vibrante y moderna que simboliza la cara más dinámica de China. Sus imponentes rascacielos rivalizan con los de Nueva York, creando un horizonte inolvidable, especialmente desde el mirador de la Perla Oriental , la icónica torre que se alza en el distrito de Pudong.
Además de la arquitectura futurista, Shanghái cautiva con su acuario , una atracción imperdible donde se pueden observar diversas especies marinas en un recorrido que incluye un túnel submarino. La ciudad también conserva enclaves históricos, como el Bund, un paseo junto al río Huangpu que ofrece vistas espectaculares y evoca la época colonial.
Guangzhou: La Cuna del Cambio Republicano
Desde Shanghái, viajé a Guangzhou , la capital de Cantón y una de las ciudades más grandes del sur de China, con una población que supera los diez millones de habitantes. Esta ciudad es conocida por ser la cuna del padre de la República China, Sun Yat-sen , fundador del Kuomintang. En su honor, se erigieron una estatua y un anfiteatro que hoy son escenarios de importantes actos públicos.
La mezcla de tradición y modernidad de Guangzhou se refleja en su vibrante vida urbana y su gastronomía, famosa por platos que han conquistado paladares en todo el mundo.
Hong Kong: Donde Oriente Respira con Aire Británico
Desde Guangzhou, abordé un aliscafo que navegó por el río de las Perlas hasta llegar a Hong Kong , una región administrativa especial que todavía conserva ciertos privilegios debido a su pasado como colonia británica.
Uno de los momentos más memorables de mi estancia en Hong Kong fue la subida al Monte Victoria , desde donde se aprecia una de las bahías más espectaculares del mundo. Las luces de la ciudad, reflejándose en el agua, ofrecen un espectáculo único, especialmente al atardecer.
Reflexión: Una Cultura Milenaria y un Futuro Prometedor
Viajar por China fue una experiencia transformadora. Este gigante asiático, con su rica historia, impresionante desarrollo tecnológico y tradición milenaria, deja una huella imborrable. Desde la serenidad de los templos y la majestuosidad de sus monumentos hasta el dinamismo de sus ciudades modernas, China es un país que abraza su pasado mientras avanza hacia el futuro.
Es imposible no sentirse impresionado por el poderío de una nación que, sin duda, está destinada a ser una de las grandes potencias mundiales. El contraste entre tradición y modernidad, junto con la hospitalidad de su gente, hacen de China un destino que cualquier viajero debería experimentar al menos una vez en la vida.
Saludos.
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