Hace aproximadamente un año realicé un vídeo cuya finalidad fue manifestar mi opinión acerca de que el correcto nombre con que se debiera denominar a nuestro idioma es "castellano" y no "español". Me decidí a realizar ese vídeo debido a la gran cantidad de material que circula en redes sociales, tanto escrito como audiovisual, que sostiene la tesis contraria, es decir, que nuestro idioma es el "español" y no el "castellano". Si bien, este parece un asunto sin mucha relevancia, me sorprendió la cantidad de gente que participó con opiniones y el debate que generó, insisto, un tema que en nuestra vida cotidiana no tiene importancia. La segunda sorpresa que me llevé, fue que la mayoría de los seguidores que tengo en las plataformas en que participo concordaron conmigo. La opinión mayoritaria fue que hablamos "castellano" y no "español". Imaginen mi impresión al enterarme de que la Constitución venezolana ( y les aseguro que estoy lejos de ser chavista) consagra al "castellano" como idioma oficial del Estado y no al "español". No soy un experto en la materia pues mi opinión se sostiene en conocimientos históricos y no lingüísticos. Esta se basa en que, desde un punto de vista histórico, nuestro idioma surge en el reino de Castilla y es anterior, a lo menos dos o tres siglos, a la sola idea de otro reino llamado España. Dicha noción surge a partir del matrimonio de los Reyes Católicos y la expulsión de los árabes de la península Ibérica en 1492. Sin embargo, también están los que no concuerdan conmigo, los que creen que nuestro idioma es el "español" y los que sostienen, con ignorancia a mi juicio, que el "castellano" es el "español" que se habla en España. El argumento de más peso que dan los que piensan de esta manera, es que la Real Academia Española de la lengua sostiene que; no obstante que ambos términos son sinónimos y correctos, es preferible referirnos a nuestro idioma como "español". Lo anterior es correcto y la RAE dice: "Para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español. La polémica sobre cuál de estas denominaciones resulta más apropiada está hoy superada. El término español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy más de cuatrocientos millones de personas. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.). Aun siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco." La RAE es clara aunque de inmediato surgen dudas. En primer lugar, lo que hoy se denomina "Lenguaje" en las escuelas equivale a lo que en mi época de estudiante era la asignatura de "Castellano" y, por otro lado, observando la realidad, siempre he constatado que los que hablamos esta lengua, en la gran mayoría de las ocasiones, al menos en mi país, en cualquier conversación, formal o informal, nos referimos a nuestro idioma como "castellano". Con la máxima humildad y abierto a escuchar otras opiniones, no comparto para nada lo que dice la RAE y mis reparos parten al momento en que esta califica a la lengua medieval que se hablaba en Castilla como "dialecto". Se dice que un idioma es un sistema lingüístico o de comunicación organizado y usado por una comunidad con implicaciones políticas, administrativas y geográficas. Un dialecto, en cambio, es una variante, modificación o modalidad de la lengua que se habla en una región determinada. Si bien, el "castellano" fue en sus inicios un dialecto derivado del latín, con el transcurso del tiempo se ganó con creces el status de idioma y esto sucedió mucho antes del surgimiento de la sola idea de España. En efecto, para sostener esta opinión, creo necesario recurrir al que, a mi juicio y en el sentido de idioma propiamente tal, es el padre de la lengua castellana. Me refiero a Alfonso X, el Sabio, rey de Castilla y León entre 1252 y 1284. Es reconocido por su obra literaria, científica, histórica y jurídica. Alfonso X patrocinó, supervisó y participó con su propia escritura, junto a otros intelectuales latinos, hebreos e islámicos conocidos como la Escuela de Traductores de Toledo, en la composición de una monumental obra literaria que inicia la prosa en castellano. Destacan entre sus obras el Fuero Real de Castilla, el Espéculo y las Siete Partidas, entre las jurídicas; las Tablas alfonsíes, entre las astronómicas; y entre las de carácter históricas, la Estoria de España y la Grande e general estoria o General estoria de historia universal. El Lapidario versa sobre las propiedades minerales, y el Libro de los Juegos sobre temas lúdicos (ajedrez, dados y tablas), deportes de la nobleza en aquel tiempo. La intervención del rey fue a veces directa y a veces indirecta, pero indudablemente fue el arquitecto de estas obra. Por su parte la Escuela de Traductores de Toledo se dedicó a los distintos procesos de traducción e interpretación de textos clásicos greco -latinos que habían sido vertidos al árabe o al hebreo directamente del griego, al latín y también al castellano. Se tradujeron entonces muchos escritos científicos y filosóficos del árabe al latín, que frecuentemente eran a su vez deudores de la ciencia griega. En este proceso, fue precisamente el empleo del latín el que propició la difusión por Europa de estos escritos, los cuales, a su vez fueron utilizados en el ámbito académico desde el siglo XIII y contribuyeron decisivamente al progreso de las ciencias y la cultura europeas. El otro gran personaje que me permite sostener que el castellano es un idioma con todas sus letras es Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática castellana en el año 1492, es decir, antes o al mismo tiempo del surgimiento de la idea, repito, tan solo la idea, de España. Podría citar más ejemplos, pero me basta con estos dos para refutar a la RAE en el sentido de que el castellano no es un "dialecto". Otro de los argumentos que se da para nombrar a nuestro idioma "español" es que esa es la denominación internacional (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo), argumento, a mi juicio, falaz pues denominamos a nuestro idioma "español" para dejar contentos, precisamente, a los que no lo hablan. A todas luces, lo anterior, es una tontera por decir lo menos. Como lo dije en el vídeo, la denominación, no solo a nuestro idioma sino que a nuestra cultura en su conjunto, de "español" es una imposición anglosajona (spanish) y esta cobró aún mayor fuerza con la migración hispana a los Estados Unidos. Lamentablemente la RAE cedió a estas presiones. En la esperanza de que en un futuro los herederos de esta cultura sepamos defender sus raíces, hago un llamado a todos los que hablamos esta lengua a manifestar sin complejos que nuestro idioma es el "castellano". Saludos.
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