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miércoles, 4 de mayo de 2022

Los siete sabios de Grecia...el principio

Es un día de Otoño en mi ciudad, Santiago de Chile. Los chilenos nos preparamos para el invierno y, también, se aproximan días de gran  trascendencia para la historia de nuestro país. Es por lo anterior que creo buen (y más que bueno, necesario) momento para hablar de los inicios de la filosofía. Al respecto, quisiera retrotraerme a mi juventud. Siempre fui una persona interesada en la cultura. Desde niño conocí los nombres de importantes emperadores romanos y leía a clásicos como Emilio Salgari y Julio Verne. Me interesaron las principales batallas y causas de ambas guerras mundiales. Sin embargo, teniendo quince o dieciséis años, la pregunta que me hizo el hijo pequeño de unas amistades de mis padres, logró que cuestionara todo ese conocimiento. La pregunta es de las más simples que ustedes puedan imaginar. Un día, jugando conmigo, el niño preguntó: "¿ qué es la filosofía, para qué sirve, cómo nació ?". No fui capaz de contestar con claridad. Ese día fue un hito pues, a pesar de todos los libros que habían llegado a mis manos, me comporté como un ignorante. ¿ De qué sirve el conocimiento, si no comprendo lo más básico ? Desde entonces que, más que memorizar fechas y batallas, me di a la tarea de investigar y entender cuales fueron los cimientos de nuestra cultura. Bueno, y después de esta explicación, entremos en materia. Si ustedes recurren a cualquier manual de filosofía, todos ellos comienzan definiendo a la filosofía desde un punto de vista etimológico. La palabra filosofía viene del griego y significa amante de la sabiduría. Pero, ya entrando a definir la filosofía, desde un punto de vista de los temas y materias que aborda, nos encontramos con una primera dificultad: no es una ciencia exacta. Al respecto, el filósofo alemán Karl Jaspers identificó este problema y escribió lo siguiente: " Para un hombre con fe en la ciencia es lo peor de todo que la filosofía carezca por completo de resultados universalmente válidos y susceptibles de ser sabidos y poseídos. Mientras que las ciencias han logrado en los respectivos dominios conocimientos impresionantemente ciertos y universalmente aceptados, nada semejante ha alcanzado la filosofía a pesar de esfuerzos sostenidos durante milenios. No hay que negarlo: en la filosofía no hay unanimidad alguna acerca de lo conocido definitivamente. Lo aceptado por todos en vista de razones imperiosas se ha convertido como consecuencia en un conocimiento científico; ya no es filosofía, si no algo que pertenece a un dominio especial de lo cognoscible ". Sin embargo, y no obstante todas las dificultades que nos plantea la filosofía desde un punto de vista científico y de la gran cantidad de personas (algunas con poder e influencia) que estiman que esta es una rama del conocimiento absolutamente inútil, nos encontramos con que el hombre siempre se ha planteado ciertas preguntas existenciales que van más allá del conocimiento empírico. ¿ Qué somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos, existe Dios ? El hombre, inevitablemente, se pregunta qué es el ser, medita acerca de la belleza y la moral. También sobre política. Lo anterior nos lleva a la conclusión de que la  filosofía es una necesidad básica del ser humano y sin la cual no podría vivir y dejaría de ser hombre. La filosofía nace como un intento del hombre por explicar los fenómenos de la naturaleza. En un comienzo se le dieron a estos fenómenos una explicación religiosa o sobrenatural. Eran los dioses los que actuaban sobre la lluvia, los volcanes o los terremotos para castigar o premiar a los que creían en ellos y, por supuesto, de acuerdo a sus voluntades y caprichos. Las razones del porqué esto empezó a cambiar en las ciudades griegas del mar Jonio, y más específicamente en la ciudad de Mileto, es un misterio. Lo cierto es que allí hubo, a mediados del s VI y V ac, un grupo de visionarios que revolucionaron el pensamiento. Empezaron a buscar la explicación a los fenómenos naturales no ya en la mitología o la religión, si no que en la naturaleza misma. La filosofía Jonia se caracterizó por la búsqueda de un elemento único que diera estabilidad y permanencia a un universo que nuestros sentidos perciben cambiante e inestable. Se preguntaron ¿ de qué está hecho el mundo ? y a este elemento base o principio fundamental de todo lo que existe lo denominaron Arche. El primero de estos personajes fue Tales de Mileto. Se le considera el primer filósofo de la historia. Tales de Mileto se preguntó, como dijimos antes, ¿ de qué está hecho el mundo ? y llegó a la conclusión de que el mundo estaba hecho de agua pues, según él, es el elemento más abundante en la naturaleza. Hay agua en todos lados: en el mar y en la lluvia, en el vapor y en las nubes, en los ríos. La gracia de su pensamiento fue que Tales es el primero que busca respuestas en la observación crítica del mundo que nos rodea. El segundo de estos personajes es Anaximandro también nacido en Mileto. Ya vemos en él un pensamiento más elaborado. Según Anaximandro, el universo está constituido por un conjunto de fuerzas antagónicas, como por ejemplo el frío y el calor, lo húmedo y lo seco o también la luz y la oscuridad. Estas fuerzas antagónicas están en permanente lucha entre sí y de esta lucha se deriva la permanencia y equilibrio de la naturaleza que conocemos. Luego viene Anaxímenes, el tercero de los milesios. Encontró en el aire a este elemento base del universo. El aire es invisible, pero, por condensación, se convierte en agua y vapor. Condensándose más aún puede llegar a formar la tierra y las rocas. Pasamos a Pitágoras, que si bien nació en Samos, una isla del mar Jónico, la mayor parte de  su vida transcurrió en las colonias griegas de Italia. Pitágoras desarrolló un pensamiento, que para la época, es de una abstracción asombrosa puesto que aquel elemento fundamental de la naturaleza lo encontró en los números. En efecto, el universo está gobernado por leyes matemáticas y son ellas las que dan ese equilibrio que tanto obsesiona a los pensadores presocráticos. El siguiente de estos, a mi juicio, genios es Heráclito de Éfeso. Para Heráclito este elemento único no existe. El universo es un permanente caos donde las cosas nacen y mueren de forma continúa. Tal vez, y de manera simbólica, vio en el fuego a ese único principio pues lo consideró sinónimo de nacimiento y muerte. A Heráclito lo refutó Parménides de Elea quien dijo que necesariamente debía existir un elemento único y eterno en el universo, sin embargo a ese elemento solo se puede llegar a través de métodos de lógica y abstracción. Tan solo la razón nos conduce a la verdad. Por último debemos mencionar a Demócrito de Abdera que, complementando la teoría de Parménides, dijo que el universo estaba compuesto de pequeñas partículas que se repelen entre sí y a las cuales denominó "atomoi". Como pueden ver, a Demócrito se le atribuye el descubrimiento del átomo. Debemos maravillarnos ante sus conclusiones surjidas tan solo de la lógica y de abstracciones racionales. En el s. V ac no existía el micróscopio. Y así he querido presentarles a los que, según mi entender, son los siete sabios de Grecia. Existe otra lista muy difundida en textos y enciclopedias. Quizás algún día hable de ella. Ahora tan solo pretendo darles a conocer quienes fueron los padres de la filosofía tal como la conocemos hoy. Saludos. 

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