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sábado, 15 de julio de 2023

¿Español o Castellano?...segunda parte.

Se trata del tercer vídeo que hago acerca de la verdadera denominación que, según mi opinión, debiéramos darle a nuestro idioma. Ha transcurrido un tiempo desde el segundo y quise retomar el tema indagando más sobre la historia del "castellano". Esta vez leí un libro, no solo buscando datos, consideraciones y argumentos que sirvan para fundamentar mi tesis de que hablamos "castellano" y no "español". Demás está decir que es un tema debatible y, por lo tanto, también busqué entender los sustentos históricos en que se apoyan los que afirman que hablamos "español". Durante la lectura, logré comprender un poco más este punto de vista y confieso que algunas de sus premisas me parecen razonables. Pero, aun así, y con más estudio sobre el tema, sigo sosteniendo que hablamos "castellano". Por otro lado, en mis redes sociales, he recibido el respaldo de profesionales en el tema, especialmente de profesores de lengua y literatura a los que estoy muy agradecido. ¿Quieres entender más acerca del tema, quieres saber si hablamos "castellano" o "español"? Si te resulta interesante aprender y formarte una opinión sobre esta discusión, ven y acompáñame hasta el final del vídeo. Además, si te gusta el contenido del canal, suscríbete, dale al botón "like" en los distintos vídeos, comparte y comenta si lo estimas conveniente. 

    Las diversas culturas europeas, y en consecuencia sus lenguas, están influenciadas, en su mayoría, por un tronco común: Las lenguas indoeuropeas. Para nosotros hablar de estas lenguas es como hablar de la lejana edad de piedra; sin embargo, tengamos presente que estas lenguas son el tronco común de al menos ciento cincuenta idiomas hablados por más de tres mil doscientos millones de personas al día de hoy y equivalentes al cuarenta y cinco por ciento de la población mundial. En Europa, a su vez, la familia indoeuropea se subdividió en cuatro variantes: la itálica, la celta, la germánica y la eslava. En la variante itálica encontramos al latín, el idioma predominante de un Imperio Romano expandido en la cuenca del Mediterráneo y especialmente en occidente, dado que en oriente la élite cultural e intelectual se entendía en griego. Una vez caído el Imperio surgieron una serie de lenguas muy relacionadas entre sí y que tienen su origen en el latín: Las lenguas romances. En la actualidad encontramos al castellano, portugués, italiano, francés y rumano. Además, al catalán, pero esta no es una lengua oficial excepto en la región de Cataluña (la que no constituye un país) y en la pequeña Andorra. Existen más, pero caen en la categoría de dialectos regionales y muchas están en peligro de desaparecer. En consecuencia, podemos inferir que el castellano es una lengua de origen indoeuropeo y que pertenece a la familia de las lenguas romances, es decir, aquellas que evolucionaron del latín. Pero ahora: ¿Cómo surgió el castellano y por qué debiéramos denominarlo así y no español? A partir del s. V algunos pueblos bárbaros irrumpieron en la península ibérica después de la crisis y la desaparición del Imperio Romano. Entre ellos están los visigodos, que crearon un reino independiente hasta la invasión musulmana del 711. En la península, la lengua no era un factor distintivo, por lo que tanto visigodos como hispanorromanos (los que habitaban el territorio antes de su llegada) hablaban una misma lengua: el latín vulgar. No obstante, la lengua gótica original y otros aspectos de su cultura tuvieron algún impacto en el castellano actual, sobre todo en aquellas palabras que dicen relación con la guerra y el mundo militar. En el s. VIII se produjo la decadencia de estos reinos y la invasión musulmana que conquista casi toda la península luego de la batalla de Guadalete en el 711. Sin embargo, algunos territorios al norte, como es sabido, resistieron a la conquista árabe y como consecuencia de la victoria en la batalla de Covadonga en el 722 formaron el primer reino cristiano en Asturias. El reino de Asturias o reino de los Astures fue la primera entidad política cristiana establecida en la península ibérica por los que resistieron a los árabes. En sus primeras décadas, su extensión se limitó a una franja de la costa cantábrica y sus comarcas adyacentes. Con posterioridad, los reyes asturianos iniciaron una vigorosa expansión que a principios del siglo. X alcanzó el río Duero. En este reino surgió un dialecto romance: el asturleonés, que va a ser el antecedente del castellano. Después, el reino se dividió en varios condados dependientes y uno de ellos fue el condado de Castilla fundado en el s. IX.  La primera mención de Castilla aparece en un documento del año 800: "Hemos levantado una iglesia en honor a San Martín, en Área Patriniano, en el territorio de Castilla". En la Crónica de Alfonso III (rey de Asturias, siglo ix) se dice: "Las Vardulias ahora son llamadas Castilla". Castilla se transforma en reino independiente en el s. X. Como lo mencioné antes, en el reino asturleonés surge un dialecto romance que sirvió de base al castellano. El latín no evolucionó de igual manera en todas las zonas y se fueron originando una serie de dialectos diferentes. Efectivamente, los primeros habitantes de Castilla eran escasos. Estaban repartidos en valles y montañas dedicados a la agricultura y al pastoreo. Se deduce que esta población vivía de forma aislada y desarrollaron su propia forma de hablar. El castellano, necesariamente, tuvo que formarse como lengua popular de campesinos y pastores con influencias árabes y vascas, pues estos territorios delimitaban con Castilla. La denominación de esta lengua como "castellano" surge recién en el s. XIII en la corte de Alfonso X "el Sabio". Ahora: ¿Por qué Castilla se transforma en el reino más importante de la España medieval y, por ende, el castellano en idioma dominante? El Camino de Santiago es un conjunto de rutas de peregrinación que en la Edad Media se dirigían a la tumba del apóstol Santiago, situada en la catedral de Santiago de Compostela​. Partiendo de los Pirineos occidentales, recorre España hasta llegar a la ciudad gallega.​ Se trata de un camino sembrado de manifestaciones de fervor, de arrepentimiento, de hospitalidad, de arte y de cultura. En la mitad de este trayecto se ubica la ciudad de Burgos que adquiere gran importancia comercial y cultural. Lo anterior, hizo que en el s. XI fuera erigida capital de una Castilla ya unificada con León, Asturias y Galicia. Por otro lado desde Castilla se dirigen los esfuerzos por recuperar los territorios perdidos a manos de los musulmanes. En otras palabras, Castilla se convierte en un centro militar, comercial y cultural. Asimismo, lo anterior condujo a que el dialecto castellano prevaleciera por sobre las otras lenguas romances de la península. En esta época tal vez encontremos el primer argumento de peso para aquellos que sostienen que hablamos "español". Efectivamente, aparece la palabra "español", pero no para referirse a nuestra lengua. Se trató de un gentilicio de origen francés que se utilizó para denominar a los habitantes de "Las Españas", en plural. Para los franceses, "Las Españas", eran el conjunto de reinos que existían en la región occidental, atravesando los Pirineos. Como pueden observar, el origen de este gentilicio, que comprende una región compuesta de varios reinos y lenguas, no es ni castellana ni española. Es francesa. Es interesante, en la actualidad, el caso del gobierno de Turquía que ha exigido que a su país se le denomine en todo el mundo como se hace en el idioma original turco. En el caso de mi país, Chile, a la Isla de Pascua, por ejemplo, ya no se le denomina así, sino que Rapa Nui según el idioma nativo. Del mismo modo, los habitantes prehispánicos, que fueron llamados araucanos por los conquistadores, no aceptan que se les llame así y exigen que se refieran a ellos como "mapuches". Tal vez a los hispanoparlantes les hace falta un poco más de fuerza en esta materia. Me imagino, habrán notado que todo lo dicho se refiere al reino de Castilla y no a la España surgida luego de la unión de las coronas de Castilla y Aragón a través del matrimonio de los Reyes Católicos en 1469. Dos o tres siglos después de que el castellano se consolidara como principal lengua de la península ibérica. Pues bien, y aquí viene un argumento de los que sostienen que hablamos "español": El español de hoy es muy distinto al castellano antiguo. Pero ante esta afirmación yo me pregunto: ¿es acaso el inglés del s. XI o XII; el que hablaba o en el que escribía Shakespeare, igual al inglés de hoy?... yo creo que la respuesta es obvia: Un rotundo no. En esta misma línea se sugiere que el castellano antiguo no es un idioma, sino un dialecto. Por lo que señala la Real Academia Española de la Lengua sobre esta polémica, este argumento cobra mayor peso: "Aun siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco."  Ya rebatí este argumento en mi vídeo anterior. Me parece curioso que la RAE califique al castellano medieval como dialecto. En primer lugar y de acuerdo con lo que hemos hecho  en el primer vídeo, definiremos lo que es un dialecto: "Se dice que un idioma es un sistema lingüístico o de comunicación organizado y usado por una comunidad con implicaciones políticas, administrativas y geográficas. Un dialecto, en cambio, es una variante, modificación o modalidad de la lengua que se habla en una región determinada". Si bien, el "castellano" fue en sus inicios un dialecto derivado del latín, está claro que con el tiempo se ganó, y con creces, el status de idioma. Es evidente que un idioma, a diferencia de un dialecto, no solo debe ser hablado sino que también escrito. Las primeras manifestaciones de un castellano escrito las hallamos en las "Glosas Emilianenses" a finales del s. X. En el poema del Mio Cid y en Gonzalo de Berceo, en los ss. XI y XII respectivamente, encontramos obras  literarias propiamente tales y con todo lo que implica una producción literaria culta. Luego, el concepto de idioma tiene también implicancias políticas, puesto que, en general, es lengua oficial de algún Estado con las repercusiones burocráticas y educacionales que esto conlleva. Desde este punto de vista, el idioma castellano se ganó dicho status con Alfonso X el Sabio y su Escuela de Traductores de Toledo. En efecto, fue Alfonso X (rey de Castilla entre 1252 y 1284) quién dirigió la elaboración de numerosas  obras de elevada cultura y decidió redactarlas en castellano, además de traducir al mismo, clásicos del latín, árabe y griego. Esto dio lugar al reconocimiento oficial de la lengua castellana, la que podía ya alternar con el latín, un idioma respetado por las personas ilustradas. Por último, un idioma debe ser un sistema organizado de comunicación y es aquí que debemos, obligadamente, hacer referencia a la monumental obra de Antonio de Nebrija que en 1492 publicó la primera "Gramática castellana". Es el año en que se descubre América y en el que, recién, son totalmente expulsados los árabes de Europa. Solo en aquella época comienza a hacerse realidad lo que hoy entendemos por España; sin embargo, ya se había elaborado un tratado académico sobre la gramática de nuestra lengua. Contradictorio, por decirlo de alguna forma. No cabe duda de que el "castellano", es un idioma con todas sus letras.  En los siglos posteriores ya hablamos de España, y no solo de España a secas. Nos referimos a la primera potencia mundial y al Imperio donde "no se pone el sol". Son los siglos en que se consolidan las naciones europeas y, por lo tanto, sus idiomas nacionales cobran relevancia en detrimento del latín que hasta los ss. XV y XVI era la lengua común y culta de Europa. Es obvio que siendo España la primera potencia mundial, su lengua deba ser estudiada y comprendida por habitantes de otras latitudes, al menos en el ámbito comercial y diplomático. Sin embargo, aquí se nos presenta un problema: El castellano, pasa de ser la lengua de Castilla a transformarse en el idioma oficial de todo el Estado español. La burocracia estatal, la educación y el comercio funcionan en un castellano que debe ser hablado por todos los españoles. Hay un respaldo político a la lengua castellana, puesto que es reconocida como idioma oficial en toda una España unificada. Es en este punto que al castellano empieza a denominársele "español". Ayuda, además, que las demás potencias europeas, conocen a este idioma ya como procedente de España y no de Castilla. Por lo tanto, al castellano, se le va a conocer y llamar, también internacionalmente, como "español". Notarán que no es que haya nacido un nuevo idioma. Es, simplemente, que al castellano se le cambió de nombre para darle un sentido de pertenencia a una misma nación, a todas sus comunidades. Se intenta cobijar bajo un mismo alero a castellanos, vascos, gallegos, andaluces y catalanes. Es fácil deducir que la polémica de si hablamos "castellano" o "español" tiene un origen político y no lingüístico.  En los ss XIX y XX se produce lo que expliqué en mi video anterior: Una fuerte influencia anglosajona derivada, sobre todo, de la migración latina a EE.UU, para llamar a nuestro idioma "español" y no "castellano". Influencia a la que, según mi parecer, cedió no solo la RAE, sino que nosotros como cultura. Aun así, todavía quedamos los que defendemos al "castellano", los que estudiamos "lengua castellana" en la escuela, los que en conversaciones, ya sean formales o informales, llamamos a nuestro idioma "castellano". Ahora, hay que reconocer, eso sí, que este fenómeno, es más frecuente en el sur del continente americano, pues allí, en las guerras de independencia, se intentó desvincular nuestra lengua de la que era entonces el enemigo: España. También puede ser que tanto en México, como en Centroamérica y el Caribe, la presencia estadounidense sea más fuerte. Ahora ustedes se preguntarán: ¿Qué importancia tiene si hablamos "castellano" o "español"? Desde un punto de vista pragmático ninguno, pero a mí me gusta más la palabra "castellano" porque me suena nostálgico, la considere, tal vez, más elegante o sea nada más que un llamado a comprender y defender nuestras raíces... en fin, quizás, tampoco este de más hacer este ejercicio crítico y entender que el "castellano" no es el "español" que se habla en España. Saludos.

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