Sintra es uno de los destinos favoritos de quienes visitan Lisboa, y no es difícil entender por qué. Su entorno natural, su arquitectura romántica y su legado histórico la convierten en una experiencia imperdible.
Uno de sus emblemas es el Palacio Nacional de Sintra, ubicado en pleno centro histórico. Su mezcla de estilos gótico, manuelino y árabe, junto con sus inconfundibles chimeneas cónicas, lo convierten en una verdadera obra de arte. Dos chimeneas cónicas se elevan como torres blancas, testigos de siglos de poder y belleza.
Gótico, manuelino, con influencias árabes, el palacio es un mosaico de estilos, de épocas, de emociones. Las salas interiores, cubiertas de azulejos, reflejan el arte de un pueblo que aprendió a contar historias con cerámica y color. Aquí vivieron reyes. Aquí se tramaron alianzas y se lloraron ausencias.
Pero la joya más visitada es, sin duda, el Palacio da Pena, construido en lo alto de una montaña. Esta residencia real del siglo XIX fue levantada por Fernando II sobre las ruinas de un antiguo monasterio destruido por el terremoto de 1755. Con sus influencias moriscas, góticas y manuelinas, es el ejemplo más notable del romanticismo portugués. Cada sala, desde el dormitorio del rey Manuel II hasta el Salón del Ciervo, encierra historias fascinantes. No te pierdas el Pórtico del Tritón, una escultura fantástica que custodia la entrada al palacio. Y desde el Patio de los Arcos, podrás disfrutar de una vista panorámica de toda la sierra.
Rojo, amarillo, azul. Cúpulas, torres, almenas. Un delirio de formas y colores que desafía toda lógica arquitectónica. Un poema de piedra. Fue el rey consorte Fernando II, esposo de María II de Portugal, quien lo soñó. Tras una excursión con su esposa a Sintra, decidió comprar con su dinero personal las ruinas de un antiguo monasterio devastado por el terremoto de 1755. Y lo transformó en un castillo de cuento, mezcla de estilos morisco, gótico, manuelino y wagneriano. Un refugio de ensueño para las almas románticas. Allí veraneó la familia real portuguesa hasta los albores del siglo XX. Carlos I y Amelia de Orleans pasearon por sus terrazas, sus corredores. Su hijo, Manuel II, fue el último en habitarlo antes del fin de la monarquía. Y fue precisamente Amelia quien, al estallar la revolución del 5 de octubre de 1910, tuvo que abandonarlo a toda prisa. Dejó atrás salones, retratos, recuerdos… y partió hacia el exilio desde Mafra, junto a su hijo, hacia Gibraltar. Hoy, el palacio es Patrimonio de la Humanidad.
Muy cerca, se alza el Castillo de los Moros, una fortaleza construida en los siglos VIII y IX por los árabes para proteger la región. Aunque hoy solo quedan sus murallas, caminar por ellas ofrece una vista impresionante del Atlántico y de Sintra.
Por último, te recomiendo visitar la Quinta da Regaleira, un lugar enigmático lleno de simbolismo esotérico, jardines secretos y grutas misteriosas. Allí encontrarás el famoso Pozo Iniciático, una escalera en espiral que parece descender hacia los secretos más profundos del alma. En el fondo, una rosa de los vientos sobre una cruz templaria: símbolo de la Orden Rosacruz. Aquí se celebraron rituales iniciáticos masónicos. Cada paso en ese pozo es un viaje simbólico hacia la transformación interior. No es solo piedra: es camino espiritual. El resto de la finca es un laberinto de signos y enigmas. Todo en Regaleira tiene un significado oculto. Todo parece hablarle al visitante que se atreve a mirar más allá.
¿Cómo llegar a Sintra?:
Desde Lisboa, toma el tren en la estación de Rossio. En solo 40 minutos estarás en Sintra. Una vez allí, sube a un bus local que te lleva al casco antiguo. ¡La aventura comienza desde el primer momento!
Termina el día. Las luces tenues comienzan a encenderse en los palacios, como si los espíritus del pasado encendieran lámparas invisibles. Sintra vuelve a recogerse entre las colinas, esperando al próximo soñador. No es posible salir de ella sin que algo en el alma haya cambiado. Es una ciudad que se lleva dentro, como un poema que no termina. Un lugar de reyes, de nieblas, de jardines encantados. Un rincón del mundo donde el tiempo se detuvo a contemplar la belleza.
Si alguna vez has estado en Sintra, ¡comenta tu experiencia! ¿Qué fue lo que más te impresionó? Y si aún no la visitas… ¿qué lugar te gustaría conocer primero? Sintra no es solo una excursión más. Es un viaje al corazón del alma portuguesa, donde la historia, el arte y la naturaleza se funden en perfecta armonía.
Saludos.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario