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martes, 9 de abril de 2024

Sintra y el Palacio da Pena

Me sigo cautivando con los paisajes y todo lo que hay que ver en Portugal. Es un país pequeño; sin embargo, la contribución de la nación portuguesa a la historia del mundo en que vivimos es significativa. De ahí que su riqueza cultural, además, la majestuosidad de sus palacios y monumentos sean dignos de conocerse. No tienen nada que envidiar a los de su vecino: España, o a los de Italia, Francia o Inglaterra. No te cause extrañeza de que te dejen con la boca abierta una vez que los visites y contemples por ti mismo. A poca distancia de Lisboa, encontramos una de estas maravillas: me refiero a la ciudad medieval de Sintra. Esta es una villa clasificada como patrimonio de la humanidad por la UNESCO y concentra en su reducido tamaño una gran cantidad de edificaciones notables y pintorescas. Su patrimonio cultural consiste, precisamente, en palacios, castillos y casas señoriales que merecen una visita y que de seguro te encantarán. La riqueza cultural y los monumentos que ver en Sintra son una maravilla. Por eso, no es de extrañar que esta ciudad sea una de las excursiones preferidas que sus visitantes realizan desde Lisboa. Y es que, a pesar de su tamaño reducido, Sintra alberga una amplia variedad de sitios históricos para visitar. El Palacio da Pena, el Palacio Nacional o el Castillo dos Mouros son un ejemplo vivo de las diferentes etapas por las que ha atravesado la rica historia de Portugal. Además, el entorno natural que ofrece la ciudad es de gran belleza. Si te encuentras en Lisboa, te recomiendo dedicar un día a Sintra y sus alrededores. Ambas ciudades están bien conectadas y solo hay 25 km. entre ellas. Para llegar, debes ir a la estación Rossio y tomar uno de los trenes que pasa cada 30 minutos con destino a Sintra. Una vez allí tendrás que subir a un bus que te conduzca al casco antiguo. El centro histórico del pueblo está en la falda de la montaña. Sintra conserva un aire tradicional con calles estrechas y empinadas, muchas tiendas de artesanía y souvenirs. Lo mejor es callejear por sus estrechos rincones medievales. Allí podremos comprar recuerdos o disfrutar de algunos de los dulces típicos de la zona. El Palacio Nacional de Sintra es el monumento más importante de esta parte de la ciudad.  Destaca por la mezcla de estilos gótico y manuelino con influencias árabes. El Palacio Nacional domina el centro de la villa. Su construcción data del s XIV, pero durante el reinado de Manuel I se edificaron nuevos salones. En el exterior destacan sus chimeneas cónicas. La influencia árabe se aprecia en el interior de todo el edificio que, a su vez, cuenta con una colección de mosaicos y armas. A cinco kilómetros del centro de la villa, se encuentra la atracción más visitada de Sintra. Me refiero al Palacio da Pena o de La Peña en castellano, ya que el lugar se encuentra en la cima de una montaña a quinientos metros de altura. Se trata del ejemplo  más completo y notable de la arquitectura romántica portuguesa. La existencia de este Palacio se la debemos a Fernando II, rey consorte de María II de Portugal. Fernando, debido a la fascinación que le produjo la zona de Sintra tras una excursión con su esposa, adquirió con su peculio personal y restauró en 1839 el antiguo Monasterio de Nuestra Señora da Pena edificado en 1503. Es importante mencionar que el Monasterio se encontraba en ruinas a causa del sismo de 1755. El rey consorte lo convirtió en un lugar de auténtico ensueño con influencias de origen morisco, góticas y manuelinas. Encierra en sus paredes el estilo Wagneriano propio de los castillos del centro de Europa. El castillo fue residencia de verano de la familia real portuguesa en lo que resta del s. XIX y principios del s. XX. Carlos I de Portugal y su esposa Amelia de Orleans, lo utilizaron como residencia veraniega antes de proseguir sus vacaciones en Cascais. Su hijo, el rey Manuel II, también habitó el palacio durante largas estancias. La reina Amelia de Orleans se encontraba allí al momento de producirse la Revolución del 5 de octubre de 1910 que acabó con la monarquía en el país luso e instauró la Primera República Portuguesa. Amelia abandonó de inmediato el palacio con rumbo a Mafra donde la esperaba su hijo Manuel, abandonando  ambos el país en un yate junto a otros miembros de la familia real hacia Gibraltar. El Palacio da Pena fue declarado Monumento Nacional en 1910 y la UNESCO declaró todo el Paisaje cultural de Sintra, dentro del que se incluye el Palacio da Pena, Patrimonio de la Humanidad en 1995.​  En 2013 el Palacio da Pena entró a formar parte de la Red Europea de Residencias Reales y el 2020 entra también a la Ruta Europea de Jardines Históricos. El interior te recibirá con un busto de Fernando II esculpido en bronce y de allí podrás visitar distintos salones y terrazas. El Claustro Manuelino es un buen ejemplo. Los visitantes acceden a través del mismo trayecto que hacía la Familia Real hasta 1910, el cual también corresponde a la entrada de los monjes al monasterio en el periodo previo a 1834Presenta galerías que se abren a un patio central cuadrado y de muros revestidos con tejas de estilo morisco. A continuación, puedes visitar el dormitorio de Fernando II, el principal del Palacio da Pena. Asimismo el despacho y dormitorio de su nieto Carlos I y el del último rey de Portugal, Manuel II. Todos los aposentos son dignos de ser admirados y valorados. De igual interés son el despacho de Amelia de Orleans, el Cuarto Verde, el Gran Salón. En resumen, un sinnúmero de salones finamente decorados dentro de los cuales no debes perderte el Salón del Ciervo donde se realizaban banquetes y se exhiben hasta hoy cornamentas de ciervos cazados en los bosques que rodean el palacio. Mención aparte merece el Pórtico del Tritón. Mensajero de las profundidades, medio hombre o medio pez, esta es una figura esculpida en piedra que, junto a conchas y corales, sostiene un balcón a la entrada del palacio. Tras cruzar este pórtico accedes al patio de los arcos desde el cual puedes disfrutar de imponentes vistas de la sierra de Sintra. Próximo al Palacio da Pena, el Castelo Dos Mouros  ofrece impresionantes vistas por su altitud, el viento sopla en él con fuerza. Erigido por los árabes durante los siglos VIII y IX como enclave defensivo para vigilar los senderos que unían Sintra a Lisboa y conquistado en el siglo XII por los cristianos de Dom Afonso Henriques, primer rey de Portugal. Aún conserva dos portones románicos y algunos frescos de la época medieval.  Con casi 450 metros de perímetro, de él apenas quedan las murallas desde donde contemplar una magnífica panorámica de Sintra y el Atlántico. Al este se aprecian restos de la muralla exterior, donde se sitúa el acceso al recinto. Finalmente nos queda el Palacio da Regaleira situado en pleno centro histórico de Sintra. Una quinta de cuatro hectáreas con un palacio, lujosos jardines, lagos, grutas y edificios enigmáticos que ocultan significados vinculados a la alquimia y la masonería. Destaca el Pozo Iniciático. Una galería subterránea con una escalera en espiral, sustentada por columnas esculpidas En el fondo hay una rosa de los vientos sobre una cruz templaria, el emblema indicativo de la Orden Rosacruz. El pozo se denomina iniciático debido a que se sabe de rituales masónicos de iniciación. Terminamos aquí nuestro recorrido por Sintra, un lugar imperdible si visitas Portugal. La ciudad encantadora, de la realeza y la nobleza portuguesa, ciudad de opulencia y de palacios con villas y callejuelas medievales. Lugar de interés histórico que no te dejará indiferente. Saludos.

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